Facundo tiene seis años y síndrome de down. Luciana, su mamá, está luchando para que su hijo siga teniendo su maestra integradora ya que afirma que su obra social, de los metalúrgicos, no le está pagando en tiempo y forma a sus prestadores. “No le está pagando ni al equipo terapéutico ni a la maestra integradora. Hicimos un reclamo en la obra social pero sólo le pagaron un mes. Es una vergüenza”, contó angustiada la mujer en la puerta de la Superintendencia de Servicios de Salud, ubicada en Mendoza 1035, donde este jueves un grupo de madres reclamó en defensa de los derechos de sus hijos.
“Queremos una respuesta. Se pasan la pelota unos con otros. Autorizan las prestaciones pero no las pagan. Queremos saber qué es lo que está pasando”, advirtió Luciana.
Lorena es otra de las madres que estuvo presente en el organismo de Mendoza y Sarmiento. Su hijo Ignacio va al jardín y necesita una maestra integradora para que lo preparen: la meta es ingresar a preescolar en una escuela común. “La maestra integradora no cobra desde el año pasado. Consiguió trabajo como psicopedagoga en un colegio y se fue”, advirtió la mujer.
Y agregó: Mi hijo está sin maestra integradora desde el año pasado. La obra social de mi hijo es de Joyeros y Relojeros y desde allí me dijeron que me busque otra. Si tuviera una maestra integradora que lo sostenga puede avanzar. Ahora está haciendo un retroceso. Quedan pocos meses de clases para prepararlo y que entre a otra escuela. El nene lo necesita ya. Para todos mis hijos es un número más pero tiene sus derechos y quiero que se cumpla. Por eso hoy estamos acá”.
Las irregularidades son muchas y no están cumpliendo con los pagos a los prestadores, a los profesionales que realizan las terapias, a las instituciones, a los transportistas y eso genera muchos problemas con el tratamiento de los chicos, coinciden las madres.
“Hace dos meses que nos quedamos sin acompañante terapéutica por falta de pago. No quiere hacerse cargo ninguna terapeuta porque nadie le paga”, contó Alicia, mamá de Joaquín, un niño de cuatro años con síndrome de down y que tiene amputados cuatro miembros del cuerpo.
La respuesta
Maestras integradoras, anteojos fotocromáticos, transporte especial, terapias de estimulación, de rehabilitación, dispositivos de asistencia y leche medicamentosa. Son innumerables los reclamos de madres con hijos con síndrome de down que intentan hacer valer sus derechos. En la Superintendencia, fue-ron recibidas por Martín Fosatti, médico auditor del organismo, quien aseguró que dará una res-puesta a cada una de las familias.
Si bien las obras sociales, las empresas de medicina prepaga y el Estado deben cubrir el ciento por ciento de los gastos de todas las prestaciones que necesite una persona con discapacidad, no siempre se cumple y conseguir la cobertura de algunos servicios es una larga lucha.
La reunión de las madres con el médico auditor del organismo duró más de una hora y si bien la mayoría tiene muchas limitaciones con la cobertura de las obras sociales, le advirtieron que pelearán por lo que tiene que cumplir la ley.
“La única manera que la Superintendecia de Salud intervenga en los reclamos es que cada caso presente el suyo y de esa manera pueden elevarlos a Buenos Aires, y recién allí se puede hacer una auditoría médica”, explicó Fosatti.