Nicolás Nieto / Especial para El Ciudadano
¿Qué vínculo puede encontrarse entre la crisis venezolana y la empresa china Huawei? Sebastián Piñera parece haber encontrado la respuesta a esa pregunta. El recrudecimiento de la guerra comercial entre China y los Estados Unidos genera inquietud a nivel mundial. Obligados a actuar en consecuencia, el resto de los países tratan de resguardar sus intereses, velando por que ambas potencias decidan finalmente entenderse y no desencadenen una incertidumbre de proporciones inimaginables. Chile no es la excepción a esta regla.
Peligro chino
La gira por el continente asiático realizada por el Presidente de Chile, Sebástían Piñera, generó revuelo no sólo a nivel interno sino también a nivel internacional. La misma se realizó sólo semanas después a la visita que el Secretario de Estados Unidos, Mike Pompeo, hiciera a la capital chilena. Si bien el motivo de la reunión suponía ser la crisis venezolana, Pompeo se vio entusiasmado por advertir a Piñera sobre los peligros que aparejaba establecer negocios con China. De esta manera, la visita relámpago del Secretario no buscaba sino transmitir la desconfianza, por no decir el desagrado, que provoca para la administración republicana el acercamiento de los países latinoamericanos con el gigante asiático.
Entre EE.UU y China
En medio de la revolución tecnológica que significa el desarrollo de las redes 5G, en la cual la empresa china Huawei se perfila como uno de sus máximos exponentes, Chile pretende transformarse en un polo de innovación tecnológica en la región, buscando el arribo de inversiones extranjeras para dicho fin. La gira asiática, que incluyó a Corea del Sur, Singapur y China, tuvo como objetivo la concreción de acuerdos en temas clave como las telecomunicaciones, defensa, promoción de exportaciones y ciencia. De esta forma, el gobierno trasandino se encontró en la encrucijada de acercarse a China, su principal socio comercial, o satisfacer los deseos de Estados Unidos, socio estratégico y de donde proviene la mayor cantidad de inversión extranjera del país. Es dentro de este contexto que Piñera busca apelar a la carta de Venezuela como una vía de escape, tratando de no condicionar sus propios intereses debido a presiones externas, ni estropear la relación con el país del norte.
Puerta de entrada
Durante su visita a China, donde recorrió las instalaciones de Huawei pese a asegurarle a Pompeo que no estaba en los planes, Piñera expresó el interés de Chile por convertirse en una plataforma de innovación y ser la puerta de entrada de empresas asiáticas (principalmente chinas) al resto de Latinoamérica. El mandatario chileno es consciente de los resquemores que esto genera en la Casa Blanca, por eso busca disiparlos erigiéndose como el principal opositor de Maduro en la región, en un intento por apoyar la férrea posición que Estados Unidos adoptó frente a la crisis venezolana. Cosa que dejó en claro apenas piso suelo chileno al volver de su gira. A nivel interno, la oposición ve a la vehemencia con la cual Piñera critica a Nicolás Maduro como contradictoria, recordando los elogios con los cuales se dirigió a su par chino durante su visita, no haciendo mención de los derechos humanos y asegurando que cada país debe tener la libertad de establecer su propio sistema político. Las contradicciones no son nuevas en las relaciones internacionales, pero lo que se busca siempre es intentar disimularlas. Esto es sumamente necesario si se pretende asumir un rol protagonista en el ámbito regional, cosa anhelada por el presidente del vecino país.
Escenario nocivo
Finalmente, el éxito o fracaso de la vinculación de cuestiones que Santiago intenta desarrollar y sostener entre Huawei y la crisis venezolana dependerá del derrotero que China y Estados Unidos emprendan en sus relaciones bilaterales. Una mayor conflictividad no hará más que incrementar la incertidumbre internacional y aumentar la presión de las dos potencias sobre el resto de los países, endureciendo posiciones y dando por tierra todo intento de imparcialidad. Este escenario sería sumamente nocivo para los intereses chilenos.