En una nueva cita de un año electoral cargado, los chilenos definen este domingo en las elecciones primarias presidenciales quiénes serán los candidatos del oficialismo que aglutina a la centroderecha y derecha, y de la oposición de izquierda de cara a los comicios de noviembre, sin la participación de las fuerzas de la exConcertación y con el temor de una participación muy baja.
Una vez más los chilenos deberán ir a votar en medio de una severa crisis social, desnudada por las protestas de 2019 y agravada por la pandemia de coronavirus, que ha dejado cerca de 1,6 millones de contagiados y más de 34.000 personas fallecidas.
Por eso, todos los votantes que vayan a las urnas entre las 9 y 19 (hora argentina) estarán obligados a llevar su cédula de identidad, tapaboca, una lapicera azul y, para evitar aglomeraciones, el aforo máximo por cada fila en cada mesa será de solo 10 personas.
En medio de este control sanitario estricto, estarán habilitados para votar todos los ciudadanos sin afiliación partidaria y los inscriptos en las fuerzas políticas que participan de las primarias.
Podrán votar también los chilenos que viven en el exterior.
En la jornada hay solo dos primarias inscriptas ya que este paso previo no es obligatorio para los partidos políticos: la de la coalición oficialista Chile Vamos y la opositora de izquierda Apruebo Dignidad.
Chile Vamos tiene cuatro candidatos en disputa: Joaquín Lavín (UDI), Sebastián Sichel (independiente), Ignacio Briones (Evopoli) y Mario Desbordes (Renovación Nacional).
En el pacto Apruebo Dignidad, en cambio, competirán dos candidatos: Daniel Jadue, alcalde de la comuna capitalina de Recoleta y ficha del Partido Comunista (PC), y Gabriel Boric, diputado militante de Convergencia Social (CS), partido miembro del Frente Amplio.
En la boleta electoral, la coalición conservadora tendrá la letra A y la de izquierda, la B.
El tercer sector protagónico de la vida política chilena, el que gobernó el país a través de la coalición llamada la Concertación desde la vuelta de la democracia hasta la primera victoria del actual presidente Sebastián Piñera en 2010, no participará.
Los partidos tradicionales de la centroizquierda no llegaron a un acuerdo con la izquierda para presentarse a una única primaria, por lo que se espera que en la elección presidencial del 21 de noviembre vayan con varios candidatos por separado.
Ya circulan varios nombres de posibles presidenciables -como los de la socialista Paula Narváez y el referente del Partido Radical Carlos Maldonado para noviembre, aunque ellos mismos pidieron una «primaria amplia» de todo el arco opositor, lo que finalmente no sucedió.
Esta primaria presidencial es la segunda cita electoral de este año y la tercera en menos de 12 meses, luego del referendo para aprobar la llamada a una Convención Constituyente y la posterior elección de convencionales, junto con gobernadores y autoridades municipales.
Los últimos comicios, también realizados en plena pandemia y en medio de fuerte restricciones para frenar la circulación del virus, demostraron que la participación ciudadana mermó significativamente, pese al clima de efervescencia política que vive en el país desde las multitudinarias protestas de 2019.
A esto se suma que ya en los últimos años, la participación en las primarias presidenciales había sido a la baja. Por ejemplo, en 2017, sólo votaron 1.745.250 chilenos de los 13.552.823 habilitados, un 13,4% del padrón electoral.
Para este año, el padrón es un poco mayor, de 14.900.089 ciudadanos, pero no está claro cómo afectará la no participación de los partidos tradicionales de la ex Concertación, por lo que es posible que los resultados se conozcan temprano esa misma noche.