Estudiantes y profesores chilenos ratificaron un paro educativo para el próximo martes y nuevas movilizaciones. Además pidieron la renuncia del ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, por la represión desatada anteayer y propusieron un plebiscito popular sobre una reforma educativa para resolver la disputa, mientras se profundiza el aislamiento del gobierno de Sebastián Piñera, que llama al diálogo pero rechaza el mantenimiento de la protesta.
El presidente dela Federaciónde Estudiantes dela Universidad CatólicaGiorgio Jackson, uno de los líderes de la movilización, dijo que la propuesta del gobierno “no se acerca a las necesidades del país”, mientras que el también dirigente estudiantil Patricio Contreras anunció una “convocatoria para el martes 9 (de agosto) a una movilización nacional”.
Contreras afirmó además que pedirán que la marcha se realice porla Alameda, la principal avenida de la capital chilena, pese a que el gobierno anunció el miércoles pasado que no permitiría nuevas protestas por dicha arteria. “No queremos más compañeros heridos, sino que dejen marchar al hombre libre porla Alamedaporque es así como se debe vivir en democracia”, sostuvo Contreras, segúnla AFP.
“La represión fue desproporcionada, el ministro del Interior tiene que asumir las consecuencias de eso; si quería establecer el orden público y la seguridad ciudadana, se hizo todo lo contrario”, afirmó, por su parte, Camila Vallejo, dirigente dela Federaciónde Estudiantes de Chile (Fech).
“Creo que el gobierno tiene que ceder de verdad porque no lo está haciendo, está engañando a la gente, no hay voluntad por hacer cambios profundos en la educación”, sentenció la dirigente. Añadió que el accionar dela Policíafue “rechazado absolutamente”, no sólo por los estudiantes sino también por la ciudadanía que se sumó masivamente con un “cacerolazo”.
La represión policial provocó el rechazo de la ciudadanía, que se solidarizó con “cacerolazos”, primero desde los hogares y luego en las calles de varias ciudades del país. A las cacerolas se unieron automovilistas que hicieron sonar sus bocinas –especialmente en las comunas de Santiago y el sector oriente– en expresión de apoyo a los estudiantes que demandan desde hace dos meses educación gratuita, estatal y de calidad. Las manifestaciones de anteayer culminaron con 874 detenidos en todo el país y 90 carabineros heridos.
Por su parte, el presidente Sebastián Piñera, en el momento más bajo del apoyo a su gestión, con sólo un 26 por ciento de aprobación, reiteró ayer que el gobierno tiene voluntad para dialogar y destrabar el conflicto educacional.
“Es tiempo de construir y buscar acuerdos. Los invito a dialogar y aportar para una educación de calidad”, escribió en su cuenta de Twitter. En cambio, el ministro de Educación, Felipe Bulnes, advirtió, citado por el diario El Mercurio, que el gobierno “no se moverá por presiones o ultimátum” al rechazar el plazo de seis días que impusola Confederaciónde Estudiantes para que el Ejecutivo entregue una “respuesta clara” a sus demandas.
El ministro de Gobierno, Andrés Chadwick, en una improvisada conferencia de prensa, responsabilizó a los jóvenes por los incidentes. “Lo que hemos visto son grupos dispersos que quisieron justificar el accionar violento. (Lo sucedido) no es culpa de los carabineros, sino de quienes no quisieron apegarse a las decisiones del gobierno”, afirmó.
Por su parte, el dirigente estudiantil Kenneth Jackson, propuso “un plebiscito” para buscar una salida. “Si no hay una respuesta inmediata del sistema político, que se ponga de acuerdo y que de suma urgencia presente una propuesta con plazos que estén a la altura de las demandas ciudadanas, no veo otra salida que un plebiscito, sobre todo por el tema de una paz social”, afirmó Jackson.