Estudiantes chilenos fueron duramente reprimidos al protagonizar una nueva protesta en reclamo de educación gratuita. Sebastián Piñera, presidente chileno, sacó ayer mil policías a las calles para reprimir las manifestaciones. El saldo fue de 500 detenidos.
«El escenario de hoy (por ayer) se parece mucho al estado de sitio en dictadura», denunció la líder universitaria Camila Vallejo, en medio de la detención de 552 personas en todo el país.
La represión criticada por la oposición de centro izquierda y organismos de derechos humanos motivó un cacerolazo en Santiago, Valparaíso y Concepción. En la jornada hubo 29 policías heridos.
Las protestas, que ya duran dos meses, fueron reprimidas a pie, caballos y vehículos por la policía que usó bombas lacrimógenas y camiones hidrantes.
La acción policial, que no impidió que los estudiantes ocuparan un canal de televisión, fue justificada por el vocero del gobierno, el ministro Andrés Chadwick, primo de Piñera.
«La policía ha actuado conforme a la ley y está cumpliendo con su responsabilidad y cuenta con el respaldo del gobierno», subrayó al defender que la autoridad proscribiera las marchas. La medida, basada en un decreto emitido por el dictador Augusto Pinochet para disolver protestas en su contra, fue resistida por la oposición de centro izquierda, mayoría en la Cámara Alta.
El senador socialista Fulvio Rossi, tras denunciar represiones a menores de edad, anticipó que la oposición bloqueará todas las iniciativas legislativas del gobierno.
«Se están violando derechos humanos fundamentales de los niños», reclamó, luego de que justamente el gobierno dijera que pensaba buscar una salida a la crisis en el Congreso.
Piñera, que guardó silencio ante los hechos, llamó los días previos a terminar con las marchas. «Ya basta», dijo. No obstante, cientos de estudiantes de incluso 12 años intentaron llegar al palacio presidencial de La Moneda, en medio de peleas con la policía. «¡Piñera aprende a gobernar!», gritaron.
Los estudiantes, que ayer terminaron de desechar la última oferta del gobierno, reclaman porque los costos de estudiar en Chile son de los más caros del mundo, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
En Chile, la mayoría de la educación escolar requiere pago de mensualidades, además de toda la educación universitaria, considerada una de las más caras del mundo, apunta la OCDE.
Una familia con dos hijos en la universidad puede llegar a tener que pagar 2 mil dólares en mensualidades. Como el noventa por ciento del país vive con menos de eso como ingreso mensual, los jóvenes deben endeudarse para estudiar, asumiendo créditos por hasta 60.000 dólares que pagan durante años.
La crisis estudiantil, que movilizó a cientos de miles de personas las últimas semanas, coincidió con cientos de protestas sociales, ambientales y regionales este año.
Las manifestaciones, las más masivas desde el fin de la dictadura, tienen como trasfondo la desigualdad social en Chile, país donde las diez familias más ricas del país, incluida la de Piñera, poseen un patrimonio de 75.000 millones de dólares.
En cambio, la mitad de los hogares viven con mil dólares mensuales, lo mismo que puede costar el pago de la carrera de Medicina, por ejemplo.
El estallido social, en medio de una crisis de representación política admitida por todos los sectores, ocurre además en la antesala de las elecciones municipales de 2012 y presidenciales de 2013.
Todas las encuestas hablan además de un progresivo rechazo a las élites políticas. Hoy el patronal Centro de Estudios Públicos alertó que el apoyo a Piñera está en un 26% y en baja. En ese marco, los estudiantes, en conjunto con otros sectores, analizan la posibilidad de constituir un frente político.