El movimiento estudiantil chileno anunció ayer una serie de movilizaciones y un paro nacional el jueves próximo en rechazo a la decisión del gobierno de aceptar sólo dos de las cuatro condiciones planteadas por los estudiantes para aceptar una mesa de diálogo.
“En la calle vamos a demostrar que este movimiento tiene carácter histórico y estamos dispuestos a avanzar hasta el final”, enfatizó el vocero de la Universidad de Valparaíso, Sebastián Farfán.
Al responder públicamente a una contrapropuesta de diálogo entregada el pasado lunes por los estudiantes, el ministro de Educación, Felipe Bulnes, dijo que se rechazaba la principal de las cuatro exigencias impuestas: paralizar dos proyectos de ley sobre educación enviados al Congreso, sin consensuarlos con ellos.
Los proyectos consisten en rebajar desde 5,6 por ciento hasta 2 por ciento los intereses de un crédito privado avalado por el Estado al que recurren hoy los universitarios para pagar los aranceles, y en permitir la renegociación de la deuda para unos 110.000 estudiantes morosos.
El Ejecutivo tampoco está dispuesto a adaptar el calendario escolar y universitario para que los estudiantes puedan recuperar las clases perdidas durante las movilizaciones.
La postura dela Confederaciónde Estudiantes de Chile (Confech) fue adoptada en una asamblea que se extendió por más de 10 horas –hasta la madrugada de ayer–, y contempla un paro nacional para el jueves 22 de septiembre, al que esperan se plieguen otras organizaciones sociales.
A esta movilización se sumará otra el jueves 29, fecha en que está fijado el envío al Congreso de los proyectos de ley para el Presupuesto 2012, que incluye las partidas para Educación con el actual modelo heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Una tercera movilización se realizará el 7 de octubre, día en que deben entregarse los créditos a las universidades que hayan cerrado el primer semestre.
Las protestas estudiantiles comenzaron a inicios de mayo en reclamo por los altos costos de la educación en Chile, que cuenta con uno de los sistemas educativos más privatizados del mundo tras las reformas aplicadas por la dictadura de Augusto Pinochet.
“El gobierno vuelve a romper la posibilidad del diálogo”, señaló el vicepresidente dela Confech, Francisco Figueroa, al final de una extensa reunión que culminó en la madrugada de ayer en Valparaíso.
“Lamentamos profundamente que el gobierno se haya negado a entregar condiciones, la verdad mínimas, de sentido común, porque nosotros estamos dispuestos al diálogo”, añadió Figueroa.
“El gobierno hizo la apuesta de que el movimiento estudiantil está debilitado. No es así. Este movimiento tiene todavía capacidad de seguir en pie”, agregó Figueroa.
Tras cuatro meses de protestas y con la muerte de un adolescente a manos de los Carabineros, los estudiantes lograron que el gobierno abriera una mesa de diálogo. De allí surgió un plan del gobierno de Sebastián Piñera que no fue aprobado por los estudiantes ni por los docentes porque no contemplaba los reclamos mínimos. Más tarde, la Confech elaboró una propuesta que es rechazada por el Ejecutivo.