China cerró este lunes el consulado de Estados Unidos en Chengdu, en la provincia de Sichuan, y tomó el control de las instalaciones en respuesta al cierre de su misión en Houston, Texas, en otra escalada de tensión entre las dos principales potencias del mundo.
El Ministerio de Exteriores confirmó su cierre e informó que las autoridades chinas se harán cargo del lugar, según informó el diario Global Times, luego de haber bajado la bandera estadounidense del edificio.
China había afirmado que la situación actual entre ambos países no era la deseable y delegó «enteramente» las responsabilidad a Estados Unidos.
Estados Unidos dio 72 horas a China para cerrar su consulado en Houston, argumentando que hay un «desequilibrio» en las relaciones bilaterales y justificando que la medida es para proteger «la propiedad intelectual» y la «información privada» del país.
Por su parte, Beijing lo consideró una «provocación política» y amenazó a Washington con adoptar «contramedidas».
El tráfico se interrumpió en los alrededores del consulado y la Policía desplegó estrictas medidas de seguridad para prevenir incidentes, según medios locales.
La cadena estatal mostró también imágenes de funcionarios estadounidenses abandonando el consulado durante la noche en medio de un cordón policial, reprodujeron las agencias de noticias EFE y Europa Press.
Grúas transportando contenedores y camiones de mudanza se podían ver este lunes frente a la entrada principal de la legación diplomática, mientras varias personas se concentraban en la zona para presenciar el momento, añadió el Global Times.
Desde que el Ministerio de Exteriores anunció el cierre del consulado de Estados Unidos el pasado viernes no se han producido incidentes reseñables, salvo el de una persona que entonó este sábado una canción nacionalista china ante la sede consular y otra que hizo estallar petardos un día antes.
El consulado de Chengdu fue inaugurado en 1985 por el entonces presidente George H. W. Bush, y en él trabajan unas 200 personas –150 de ellos trabajadores locales– que cubrían el Tíbet, entre otras regiones del suroeste de China.
Un día después de que Estados Unidos anunciase el cierre del consulado chino en Houston (Texas), Beijing respondió ordenando «el cese de todas las operaciones» de la oficina consular norteamericana en Chengdu.
China niega que la oficina de su consulado en Houston haya robado propiedad intelectual, de acuerdo a la acusación de Washington.
«La relación entre ambos países no es la que China desearía, pero Washington es responsable de ello», aseguró la cancillería en un comunicado y agregó que su respuesta está «en línea con la ley internacional, las normas básicas que rigen las relaciones internacionales y las prácticas diplomáticas» ya que, a su juicio, la medida que tomó la Casa Blanca rompió todas estas reglas.
El portavoz de Exteriores Wang Wenbin fue horas después un paso más allá y señaló que los diplomáticos estadounidenses enviados a Chengdu participan en «actividades inconsistentes» con su misión, y que China ha presentado en el pasado múltiples quejas al respecto.
La crisis de los consulados llevó las ya deterioradas relaciones entre las dos grandes potencias mundiales a uno de sus peores momentos en décadas.
Y viene a sumarse al intercambio de acusaciones por el origen y gestión del coronavirus, la guerra tecnológica y comercial, a los reproches por la nueva ley de seguridad para Hong Kong o la situación de los derechos humanos de las minorías musulmanas en la región noroccidental china de Xinjiang.