La capital de China, Beijing, cerró este martes todas sus escuelas, aisló más zonas residenciales y redobló las pruebas de detección del nuevo coronavirus en un intento por contener el mayor brote de la enfermedad en el país en dos meses, en medio de temores a que la cepa involucrada sea mucho más contagiosa que la que inició la pandemia en la ciudad central china de Wuhan.
Las autoridades capitalinas informaron de 27 nuevos casos de transmisión local en las últimas 24 horas, con lo que ya son 106 los contagios en la ciudad desde que el viernes pasado se detectara un brote en el mercado más grande de Beijing, que fue cerrado al día siguiente y que obligó a frenar la vuelta a la normalidad en un país que parecía tener el virus bajo control.
Antes que la continuidad de la normalización, la prioridad ahora está concentrada en impedir que el virus llegue a otras ciudades, por lo que se dispuso que las personas consideradas de alto riesgo -contactos cercanos con enfermos- tienen prohibido abandonar Beijing.
A este fin, el gobierno capitalino prohibió a taxis y otros vehículos que ofrecen servicios de conducción trasladar a personas fuera de la ciudad so pena de «castigos severos», mientras que se ordenó reducir la cantidad de personas que usan colectivos, trenes y subtes y que todos los pasajeros usen mascarilla.
En paralelo, se continuaron realizando pruebas a todos aquellos que hayan trabajado, tenido contacto con casos confirmados o visitado el mercado Xinfadi, el foco de la infección, en las últimas dos semanas. Unos 9.000 trabajadores del mercado, que fue cerrado el sábado, ya han sido testeados, informó hoy la agencia de noticias estatal china Xinhua.
Al caer la noche, el gobierno municipal aumentó hoy la emergencia por el coronavirus al segundo mayor nivel, con lo que, entre otras medidas, las comunidades de vecinos volverán a comprobar la identidad y el estado de salud de los residentes y a tomarles la temperatura.
Asimismo, se suspenderán todas las clases presenciales en las escuelas y se volverá al la educación a distancia por Internet, y los estudiantes universitarios residentes en Beijing no podrán volver a sus universidades.
El gobierno de Beijing también aconsejó a los 20.000 millones de habitantes de la ciudad trabajar desde sus casas siempre que sea posible.
Una treintena de complejos habitacionales cercanos al mercado Xinfadi fueron bloqueados, entre ellos siete hoy, y sus residentes, en un número aproximado de 90.000, permanecen encerrados bajo estrictos controles de seguridad.
El mercado de Honglian, otro de los más grandes de la ciudad, también fue cerrado hoy luego que las autoridades confirmaran que una persona que lo visitó dio positivo al test de Covid-19.
Además de los 27 nuevos contagios de Beijing, la Comisión Nacional de Salud reportó hoy otros cinco casos positivos de contagio local; cuatro en la provincia norteña de Hebei y uno en la provincia suroccidental de Sichuan, informó la agencia de noticias EFE.
La noticia generó que las autoridades de otras provincias implementaran una cuarentena obligatoria a las personas llegadas de Beijing, dado que el contagio de Sichuan es una persona que había viajado a la capital, según la prensa local.
Los epidemiólogos chinos creen que los próximos tres días serán clave para conocer la gravedad y alcance del brote.
Yang Zhaqiu, subdirector de un departamento de biología de la Universidad de Wuhan, arriesgó que el virus sea «probablemente más infeccioso» que el detectado en Wuhan, la capital provincial de Hubei, donde comenzó a propagarse a todo el mundo.
China, el país en el que se originó el virus en diciembre del año pasado, había logrado controlar la infección con casi 85.000 casos positivos y más de 4.600 muertes. En el último mes sólo había reportado casos de los llamados «importados», por lo que el nuevo brote ha encendido las alarmas de todo el mundo.