Las autoridades chinas se enfrentan a un nuevo desafío: intentar contener el mayor brote de coronavirus en meses, provocado por la variante delta, que ya se propagó por cinco provincias y confinó este lunes a millones de personas en sus casas.
China informó el domingo pasado, 55 nuevos casos de coronavirus de transmisión local al parecer vinculados en su mayoría a esta variante de rápida propagación que se identificó por primera vez en la India, y ya llegó a más de 20 ciudades, incluida Pekín.
Entre los 43 casos más graves, 16 se encuentran en Yunnan, cuatro en Pekín y Fujian, tres en Mongolia Interior, Jiangsu y Shaanxi, y dos en Shanghai, Shandong, Henan, Guangdong y Sichuan.
Los gobiernos locales de las principales ciudades impulsaron una campaña de test masivos que incluyen millones de residentes, al tiempo que acordonaron recintos residenciales y pusieron en cuarentena a los contactos estrechos con personas infectadas.
Se trata del contagio “más extenso desde Wuhan”, donde fue detectado el virus a fines de 2019, publicaron los medios estatales chinos, según la BBC.
Se detectaron siete positivos en la ciudad entre trabajadores migrantes, que fueron enviados a hospitales designados para ser tratados. Las autoridades pidieron que se respeten las medidas de seguridad básicas, como el uso del barbijo, el distanciamiento y el lavado de manos.
Dada la gravedad de la situación, la provincia de Hunan anunció la suspensión de todas las actividades educativas y programas de formación, al tiempo que pidió a los estudiantes y profesores evitar viajar innecesariamente.
“La situación sigue siendo sombría y complicada”, dijo el Gobierno de la ciudad de Zhuzhou minutos después de ordenar a más de 1,2 millones de personas que permanezcan en sus casas en aislamiento durante los próximos tres días, mientras se lleva a cabo una campaña de test y vacunaciones en toda la ciudad.
El país asiático había logrado hasta ahora reducir los casos locales prácticamente a cero.
El repunte de casos comenzó luego de que nueve trabajadores de limpieza en el aeropuerto internacional dieran positivo el 20 de julio, lo que provocó más de 360 contagios en las últimas dos semanas.
Como consecuencia, el aeropuerto de Nanjing suspendió todos sus vuelos hasta el 11 de agosto. Los 9,3 millones de habitantes de esta ciudad serán sometidos a pruebas en los próximos días.
Vacunación
Los funcionarios de salud pública en China aseguran que las vacunas locales siguen siendo efectivas contra todas las variantes y que tienen la capacidad de actuar contra síntomas severos y hospitalizaciones, publicó el medio Global Times.
Este lunes en Hong Kong, la jefa del Ejecutivo, Carrie Lam, anunció medidas para aumentar la tasa de vacunación haciendo obligatorias las vacunas para cuatro sectores: los funcionario públicos, el personal sanitario, el de los hogares de ancianos y los maestros.
Hong Kong es uno de los pocos territorios del mundo que dispone de suficientes dosis para el conjunto de su población. Las medidas adoptadas hasta ahora permitieron limitar el número de casos de Covid-19 a unos 12.000 y las muertes a 200.
Seis meses después del inicio de la campaña, solo 36% de los 7,5 millones de habitantes recibieron dos dosis y el 48% una sola. La tasa de inoculación fluctúa entre 70% para los funcionarios y apenas 47% entre los docentes.
“Hay mucho para mejorar”, destacó Lam. Las personas que se nieguen a vacunarse deberán someterse a las pruebas de detección del virus a sus expensas dos veces por semana, salvo por una contraindicación médica.
“Si la gente se niega a vacunarse por razones no médicas, no creo que un gobierno responsable deba tolerar esto”, destacó.
Desafíos a la economía
La provincia de Jiangsu, con la segunda mayor producción económica después de Guangdong en 2020, es la más afectada, con cerca del 80% de los casos confirmados.
La reincorporación de duras medidas para contener el rebrote podría implicar un problema para la economía china, que demostró no ser invulnerable. Creció más lentamente de lo esperado en abril – junio, debido a los precios persistentemente altos de las materias primas, el cauteloso gasto de los consumidores y un mercado inmobiliario débil.
“La variante delta es la mayor prueba de la estrategia de cero COVID de China desde el brote inicial el año pasado”, dijo Julian Evans-Pritchard, de Capital Economics. “Pero dado el historial del país en el tratamiento del virus hasta ahora, asumimos que sofocarán el brote antes de que se salga de control. Por supuesto, hacerlo tendrá algún costo económico”.
Fuentes: Agencias ANSA y Reuters- Diario La Nación