El décimo octavo plenario anual del Partido Comunista de China (PCC) puso fin ayer a 35 años de la controvertida política del hijo único, al anunciar que todas las parejas del país podrán tener hasta dos hijos, al mismo tiempo que lanzaba el XIII Plan Quinquenal para reforzar la vitalidad de la economía.
La nueva política demográfica y el plan, el primero bajo el mandato del presidente Xi Jinping, quedaron listos para ser ratificados, como se descarta, en la reunión plenaria de la Asamblea Nacional Popular (Legislativo) de marzo de 2016.
La reforma supone un paso más en la relajación de las estrictas políticas demográficas chinas, informó la agencia de noticias Xinhua.
Ya a fines de 2013 Beijing había adoptado una flexibilización de la política de control de la natalidad, pero hasta ahora sólo se había aplicado en algunas provincias.
Esa medida establecía que las parejas en las que uno de los progenitores era hijo único podían tener dos descendientes.
La política del hijo único se puso en marcha en 1979 para reducir los problemas de superpoblación del gigante asiático y según los expertos sirvió para evitar que la población actual del país, de 1.300 millones de habitantes, superara los 1.700 millones.
Fue por esa razón que el gobierno chino siempre defendió la restricción, aunque también admitía que se aproximaba el momento de ponerle fin.
Entre los efectos secundarios más perjudiciales de la política del hijo único, destaca el rápido envejecimiento de su población, que provocó que su pirámide demográfica sea similar a la de los países más desarrollados, con una estructura económica que todavía no se les puede parangonar.
Según los datos demográficos que maneja la Academia de Ciencias Sociales de China, cada mujer tiene en el país menos de 1,6 hijos, cuando hace falta una cuota de 2,1 para una estabilidad de la población.
Los observadores ya esperaban que en el plenario del PCC de esta semana, celebrado a puerta cerrada con los máximos líderes del gobierno, adoptase algún cambio en esta política, aunque se ignoraba hasta qué punto iba a llegar esa modificación ni se sabe aún cómo responderá la población.
Las primeras reformas puestas en marcha en 2013, el antecedente inmediato, no tuvieron los resultados esperados. Según datos de mediados de este año, tan sólo 1,5 millones de los 11 millones de parejas que cumplían los requisitos habían solicitado el permiso para tener un segundo hijo.