Chubut se transformó en la primera provincia de país en prohibir el uso del glifosato en todo su territorio. Fue a partir de la promulgación de una ley aprobada por unanimidad en la Legislatura en mayo pasado. Se trata del herbicida de uso más difundido en el país y que permitió que la Argentina llegue a producir más de 140 millones de toneladas de granos este año, aunque en Chubut no se lo utiliza.
La norma chubutense fue refrendada este mes con un decreto gubernamental. Había sido aprobada por unanimidad por la Legislatura provincial el 16 de mayo pasado.
En ese entonces, el gobernador Mariano Arcioni, había amenazado con vetar la legislación. Pero eso no ocurrió y así Chubut marcó la diferencia al convertirse en la primera provincia en prohibir de modo absoluto el uso del polémico herbicida.
La ley prohíbe en todo el territorio de la provincia la «importación, introducción, tenencia con fines de comercialización, fabricación, fraccionamiento, distribución, transporte y aplicación del herbicida glifosato en todas sus variantes. Como así también se prohíben todos los productos que tengan como base o principio activo el glifosato».
Las cuatro cadenas de valor graníferas, Maizar (maíz y sorgo), Asagir (girasol), Argentrigo y Acsoja salieron al cruce de la normativa y calificaron la medida de prohibición «absurda».
Según argumentaron, el glifosato es el principal principio activo usado en el mundo para el manejo de malezas que compiten directamente con los cultivos afectando su cantidad y calidad.
En noviembre de 2017, el Concejo de Rosario aprobó un proyecto que prohíbe el uso del mismo herbicida en la ciudad. En tanto, en abril de 2018, el Concejo Deliberante de Gualeguaychú, en Entre Ríos, aprobó una ordenanza que prohíbe la aplicación, expendio, almacenamiento, transporte, comercialización y venta del glifosato en todo el límite urbano.
Las cuatro cadenas de valor de los principales granos afirmaron que para lograr la producción récord se utilizan productos fitosanitarios como el glifosato, que es aprobado antes de ponerse en el mercado, con estudios sobre todos los efectos posibles en el medio ambiente y los sistemas productivos.
«El glifosato es considerado por la Agencia Internacional de Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como con dudas sobre si es cancerígeno», dijo a la agencia <Noticias Argentinas> el director Ejecutivo de la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (CASAFE), Federico Landgraf.
La IARC tiene la categoría 1 que incluye como cancerígenos a la radiación solar, el extracto de aloe vera y bebidas calientes a más de 65 grados, así como el alcohol, pero no incluye a ningún agroquímico.
Landgraf destacó que «el glifosato está en la categoría 2 A, probablemente cancerígeno para el Linfoma No Hodgking».
