Claudio “Churro” Canavo, un joven de 23 años que en octubre de 2018 fue imputado por integrar una banda que respondía a Ariel Máximo “Guille” Cantero, aceptó este jueves su responsabilidad en cuatro de los atentados a domicilios relacionados con integrantes del Poder Judicial y un homicidio, todos cometidos ese año. La condena impuesta en el acuerdo es de 17 años de prisión y fue ratificada por un tribunal.
Churro Canavo fue acusado de integrar la célula narcocriminal que desde mayo de 2018 cometió al menos una decena de atentados a balazos contra edificios judiciales y viviendas de jueces que intervinieron en la llamada megacausa Los Monos cuyas penas se conocieron en abril de 2018. Los blancos también incluyeron el Centro de Justicia Penal, el Palacio de Tribunales y la sede del Ministerio Público de la Acusación (MPA) de Montevideo 1968.
La investigación de estos ataques tiene a Guille Cantero acusado de instigador. Y a Matías César, Lucía Uberti, Leandro «Chulo» Olivera y al preso Daniel “Teletubi” Delgado como quienes recibían las órdenes del cabecilla de Los Monos.
Puntualmente, Churro fue hallado responsable de integrar el grupo de pistoleros que tiroteó cuatro domicilios. Estas viviendas estaban relacionadas a las magistradas Marisol Usandizaga y Carolina Hernández. La primera integró el tribunal que el 9 de abril de 2018 condenó a Guille a 22 años de prisión y a su hermano Ramón «Monchi» Machuca a 36 años y medio de prisión junto a otras 14 personas que integraban el clan Cantero. Y la magistrada Hernández estuvo en el tribunal que revisó esas penas en junio de ese año y que ratificó la resolución de primera instancia con mínimas modificaciones.
El primero de los atentados que le atribuyeron a Churro fue el 27 de julio a las 0.40 en Dorrego al 1600. “En el marco de un plan y siguiendo órdenes de terceras personas que fueron a su vez impartidas por Guille Cantero”, Churro Canavo se trasladó junto a otro hombre en moto y dejó bajo la puerta una nota amenazante que decía: “Con la mafia no se jode”.
Luego efectuó al menos 17 disparos con una pistola 9 milímetros “con el fin de intimidar y amedrentar a un integrante del Poder Judicial y condicionar su libre y normal determinación para decidir en su rol afectando así la administración de justicia”, describió la acusación.
El siguiente ataque donde participó Churro fue el 4 de agosto a las 2 en un edificio de avenida Libertad al 370 donde cinco personas divididas en tres motos efectuaron una decena de detonaciones contra la fachada del edificio. Allí hasta 2001 había vivido la jueza Usandizaga, señaló la acusación y sumó que también se encontró un cartel con la leyenda: “Con la mafia no se jode”.
Además, Churro se hizo cargo de haber atentado entre el 4 y el 5 de agosto con ocho tiros contra dos viviendas de Tarragona al 700 bis, en barrio Fisherton. Este ataque fue el 10 de agosto y el blanco original era una vivienda de la jueza Hernández, pero por un error involuntario fue cometido a 17 cuadras de distancia, señaló la Fiscalía.
Por último en esta saga de atentados, Churro aceptó haber baleado el 10 de agosto de 2018 el domicilio de Buenos Aires 1743, lindante al edificio a la altura del 1729. En el séptimo piso de ese edificio hay un departamento de Horacio Usandizaga, padre de la jueza. “Deja de meter pibe preso. Porque va hacer peor”, decía esta vez el cartel amenazante que halló la Policía.
La calificación penal de estos ataques fue amenazas coactivas agravadas por ser anónimas, por la utilización de un arma de fuego, y por tener como propósito alguna medida o concesión de un miembro del poder público en concurso ideal con daño calificado, en concurso real con portación de arma de fuego de guerra.
Pero el hecho que abultó aún más la condena a Churro fue un homicidio agravado cometido la tarde del 8 de septiembre de 2018 en Villa Centeno, en el cual aceptó su responsabilidad. La investigación del fiscal Adrián Spelta señaló que ese día la víctima, Marcelo Alejandro Álvarez, estaba en la casa de su hermano José Luis, en Rodríguez al 4100, cuando tuvo una acalorada discusión con Rodrigo D., alias Tingui.
Durante esa escaramuza, Tingui huyó por los techos de las casas vecinas y volvió acompañado por distintas personas, entre ellas Churro Canavo, quien estaba armado y disparó contra Álvarez. Éste murió producto de una hemorragia masiva abdominal.
Por ello, Churro sumó un cargo por homicidio agravado y portación de arma.
El acuerdo a 17 años de prisión fue presentado por los fiscales Miguel Moreno y Adrián Spelta, junto con el defensor Leopoldo Monteil, el cual fue ratificado por el tribunal integrado por los jueces Rodolfo Zvala, Nicolás Vico Gimena y Rafael Coria.