Un sereno de 40 años fue encontrado ahorcado en Santiago del Estero luego de haber sido extorsionado con la modalidad conocida como «sextorsión» tras mantener una conversación subida de tono por una aplicación de mensajes, presuntamente con una menor de edad.
El cuerpo de Adrián Argañaraz, quien era buscado desde el domingo pasado, fue hallado este lunes por la madrugada pendiendo por el cuello de una rama de un árbol, a unos 800 metros de su domicilio, en la localidad de Estación Simbolar, en el departamento de Banda.
El hombre, que trabajaba como sereno en un obrador situado en el mismo barrio, le había dicho el domingo a la mañana a su pareja que tenía que trabajar y la mujer, al perder contacto, pidió ayuda a la Policía, por lo que horas más tarde, efectivos de la la Subcomisaría de Estación Simbolar lograron dar con su cuerpo, según la información difundida por el sitio del diario El Liberal.
Los uniformados habían llegado a una zona montuosa, a la vera de un canal, por relatos de testigos que habían visto al sereno transitar por la zona. El cuerpo de Argañaraz no presentaba otros signos de violencia que un surco en su cuello.
Tras iniciarse investigaciones a cargo del fiscal de turno Hugo Herrera, se pudo establecer que Argañaraz, quien era analfabeto, había mantenido conversaciones, aparentemente con una joven, a través de la mensajería WhatsApp. La chica le había aparecido como contacto y, sin mayores presentaciones, le envió un video en la que se encontraba en ropa interior. En ese momento comenzó un intercambio de mensajes, aparentemente subidos de tono.
Poco después, Argañaraz fue contactado por un hombre, que le recriminó el intercambio y aludió que la joven con la que lo mantuvo es menor de edad, mientras le exigió una suma de dinero para no denunciarlo.
Aparentemente, el hombre, que según trascendió, atravesaba un momento de depresión por la muerte de su madre, meses atrás, y tomó la decisión de quitarse la vida.
Un ciberdelito que se expande
Según la Oficina de Naciones Unidad contra la Droga y el Delito (UNODC), «la sextorsión supone el chantaje por parte de un ciberdelincuente para que la víctima realice una determinada acción o entregue una cantidad de dinero bajo la amenaza de compartir o publicar imágenes íntimas que de ella tiene».
Advierte además, en un informe, que «la sextorsión es uno de los ciberdelitos más comunes y de mayor crecimiento», favorecido por «el aumento del sexting y de otras prácticas sexuales online, la normalización de la grabación de algunas actividades íntimas, las crecientes posibilidades tecnológicas para grabar y difundir imágenes, y las vulnerabilidades de ciberseguridad de los dispositivos».