El juez federal Ariel Lijo clausuró hoy la investigación que tiene en la mira al vicepresidente Amado Boudou por la adquisición de la ex Ciccone Calcográfica y pidió opinión a las partes sobre si la causa debe o no ir a juicio oral y público.
En el caso también están procesados un amigo de Boudou, el empresario José María Núñez Carmona; el presidente de The Old Fund, Alejandro Vandenbroele; el exfuncionario de la Afip, Rafael Resnick Brenner; el ex jefe de Gabinete del Ministerio de Economía, Guido Forcieri; y el ex dueño de la empresa, Nicolás Ciccone.
Boudou está acusado por los delitos de cohecho y negociaciones incompatibles con la administración pública por la venta de la imprenta y ahora es el fiscal Jorge Di Lello quien debe pronunciarse sobre el futuro de la causa.
Di Lello cuenta con seis días para expedirse sobre si la investigación debe ir o no a juicio oral, o si deben realizarse más medidas de prueba.
En simultáneo, Lijo le pidió a todas las defensas que opinen sobre si la causa debe elevarse a un tribunal oral, aunque lo que expresen las partes no es vinculante para el juez y puede, en desacuerdo, elevar el caso a juicio.
En tanto, está en curso un peritaje contable sobre la denominada «ruta del dinero», a fin de saber cuál es el origen de los fondos con los que The Old Fund adquirió el 70 por ciento del paquete accionario de la gráfica.
Lijo tiene también en trámite una causa por el presunto enriquecimiento ilícito de Boudou y su entorno familiar, entre ellos su ex pareja, la periodista Agustina Kämpfer.
El procesamiento del vicepresidente y demás acusados está confirmado no solo por la Cámara Federal porteña, sino también por el Tribunal Federal de Casación Penal.
Según la causa en su contra, Boudou se interesó por el destino de la entonces quebrada Ciccone Calcográfica y accedió a un plan de salvataje de su deuda moratoria, poco después de asumir como vice de la presidenta Cristina Kirchner.
En el proceso fueron clave los testimonios de Ciccone y de su yerno, Guillermo Reinwick: ambos aseguraron que Boudou participó de un encuentro con ellos en las oficinas del canal Telefé el 29 de julio de 2010, y luego de otro el 1 de septiembre del mismo año en el restaurante I Fresh Market, mientras se estaba definiendo la venta de la ex Ciccone Calcográfica.
Otra de las pruebas contra Boudou fue que habría frustrado mediante gestiones una serie de créditos para que la Casa de la Moneda se hiciera de máquinas modernas para la impresión de billetes, permitiendo así el desembarco en el negocio de la ex Ciccone, actualmente Compañía de Valores Sudamericanas.
Para el juez Lijo, el presidente del Senado se interesó en hacerse de la empresa para luego contraer negocios con el Estado en la impresión de billetes.
Boudou ya tiene una causa en juicio y es por falsificación de documento público, pues se sospecha habría insertado datos falsos en la documentación de un vehículo que compró en la década del ´90.