Los registros oficiales marcan que fue fundado el 3 de febrero de 1939 bajo el nombre Ciclón Basket Ball Club. Está emplazado en Saavedra 642, en pleno barrio San Martín. La actual dirigencia apunta a ofrecer nuevas y variadas disciplinas con el firme deseo de aumentar la participación y asistencia de vecinas y vecinos.
Nadie puede poner en tela de juicio que Ciclón sopla fuerte desde hace varias décadas. Es un cálido espacio al servicio de la comunidad. Las puertas siempre están abiertas para ofrecer deportes y contención a la masa societaria.
“El club tomó color y forma porque Mazzaglia, quien era un vecino, donó en su momento los terrenos para que haya un punto de encuentro para la barriada”, exclamó la presidenta María Elisa Zanfagnini. La titular del Diablo contó además que en le predio también funciona el Centro de Educación Física Nº 7 que nuclea a cinco escuelas de la zona mediante un convenio e iniciativa del FAE Rosario.
La directiva, quien está al frente de la institución desde hace seis años, destacó que “durante los primeros años el club ofrecía ciclismo y canchas de bochas, que eran muy populares en la ciudad. A eso hay que sumarle que había un enorme escenario donde se hacían shows musicales a gran escala. Ni hablar cuando llegaba la época de los carnavales”.
Durante los años 80 las canchas de bochas fueron refuncionalizadas para construir la pileta, que es climatizada desde hace dos décadas y es uno de los polos de atracción de la casa.
Objetivos a corto plazo
El Diablo de calle Saavedra cuenta con un abanico de propuestas internas a desarrollar en un breve período. Al menos esa es firme intención de la actual conducción.
“Tenemos proyectado construir arriba del bufet un espacio multiuso. De conseguirlo nos permitirá ampliar las disciplinas y sumar a más vecinas y vecinos. Es un anhelo que tenemos y esperamos materializar porque ampliaremos el cupo de socios y socias. Es una manera de crecer y brindarle mayor oportunidades a todos aquellos chicos y chicas que quieran sumarse”, explicó Luciano Ojeda, quien además de ser prosecretario es entrenador del U13 al U19 de básquet.
El directivo contó además que “el club terminó llamándose Ciclón porque otro de los nombres que querían ponerle los fundadores era Spaghetti». «Te imaginás hoy en día llamarse así, sonaría extraño porque no debe haber un club con nombre de fideo”, dice entre risas.
Por otra parte, las estadísticas a nivel deportivo indican que el Diablo fue protagonista de varias contiendas históricas del básquet local, además de haberse proclamado multicampeón de diversas categorías. De hecho, es un referente de este deporte en nuestra ciudad.
Íconos de la casa
Lo primero que resalta en el ingreso del club es la imagen inmortalizada sobre una de las paredes del Flaco Córdoba y el Chacho Valdez. Ambos jugaron en la década del 60 cuando el club ganó el torneo local y en el 66 la Copa de Santa Fe. “Chacho metió un tiro de mitad de cancha en la final ante Central en el Sportivo América”, sostuvieron casi al unísono Zanfagnini y Ojeda.
El Chacho Valdez es considerado por muchos como uno de los mejores basquetbolistas de la ciudad. Mientras que el Flaco José Córdoba fue un jugador histórico de la casa. Los dos tuvieron un gran vínculo con la institución y son un faro de referencia puertas adentro.
“Córdoba jugó en la selección rosarina, provincial y nacional. Lo venían a buscar de todos lados pero nunca se quiso ir. Siempre optó por Ciclón. Es más, pudo compartir cancha con su hijo (Sergio) en la primera. Fue el primer caso de la ciudad que coincidió un papá con su hijo en la máxima divisional. El club estaba peleando el descenso y el Flaco había dejado de jugar, pero volvió ese año para dar una mano. Mirá si quería a la institución”, explicaron los dirigentes con orgullo.
Ciclón obtuvo el último campeonato en primera en 2003. No obstante, cada temporada da batalla para hacerle honor a su trayectoria en la disciplina que tanto lo identifica.
“No es nada sencillo lograr un título. Hay que invertir mucho dinero para poder pelear por el campeonato. No todos pueden afrontar ese desafío, pese a que cada año tenemos claros los objetivos”, mencionaron.
Cabe destacar que la primera está en la Súper Liga de la Rosarina. «El año pasado no contratamos a ningún jugador porque realmente se necesita de mucho dinero. Jugamos con todos los chicos del club. Sin embargo, ahora estamos en la firme de búsqueda de sponsor para poder sumar algunos refuerzos de cara a este 2022”, remarcó Ojeda.
“La idea es que los recursos que ingresan por el club sean destinados a obras o mejoras. Por eso buscamos apoyo en empresas. Apuntamos a volcar los recursos extraordinarios en el básquet. Estamos haciendo grandes esfuerzos para tratar de conseguir fondos”, destacó con ilusión el prosecretario y entrenador.
Por su parte, Cristian Grau es el actual secretario. Pero lleva más de una década en materia de gestión institucional. “Fui cumpliendo diversos roles. El club siempre debe estar por encima de las personas. Hay que posicionarse y agruparse en pos de ir tras un objetivo común”, dijo el experimentado dirigente.
Primera presidenta y nuevos desafíos
María Elisa Zanfagnini preside el club desde hace seis años. Sucedió en el cargo a su padre, Jorge, y es la primera mujer en asumir como máxima dirigente de Ciclón.
“En realidad, con toda mi familia nos comenzamos a involucrar con el club cuando mi hermana tenía 9 años y empezó a jugar al básquet acá. Se fue dando todo de manera natural”, remarcó Zanfagnini.
La institución tuvo varios pasajes de zozobras en los últimos tiempos. “Sin embargo, en 2015 pudimos poner toda la documentación al día y desde entonces seguimos avanzando”, graficó María Elisa.
Al ser consultada sobre qué la llevó a presentarse a elecciones encabezando la lista, la dirigente fue contundente: “Decidí ser candidata a presidenta porque veía que había cosas que no funcionaban y decidimos involucrarnos más para sacar el club adelante. Había gente que tomaba este espacio como si fuera el patio de su casa. Hicimos una lista, nos presentamos y ganamos. Incluso hace poquito renovamos el mandato. A eso le agrego que sumamos mucha gente joven. Y acá estamos, proyectando y haciendo mejoras constantes”, enfatizó la titular de Ciclón.
Una de las atracciones que tiene la institución es la pileta. “Es un gran espejo de agua, pero la concesión no nos dejó una buena experiencia puertas hacia adentro. No invirtieron y una vez que el club tomó el control debimos realizar mejoras. No solo en el piso, también se invirtió en seguridad y estética. Se construyó una nueva estructura y se hizo una carpa”, apuntó la directiva. “Si bien la caldera se nos rompió, lo cierto es que queremos arreglarla o adquirir una para el próximo invierno porque es un motor importante del club”, mencionó.
“Apuntamos a que todo el dinero que ingresa se destine de lleno a la institución. Se reinvierte todo. De hecho, ahora implementamos luminarias led en la cancha de básquet. El proyecto se realiza en partes porque la inversión a realizar es muy importante. De hecho, para adquirir la primera tanda hicimos venta de empanadas donde la gente colaboró mucho. En este sentido hay que destacar que los vecinos y socios colaboran cuando se trata de ayudar al club del barrio”, destacó.
La presidenta comentó que hasta antes de comenzada la pandemia participaban todos los años de encuentros en diversos lugares del país. «Era una manera más de sociabilizar e intercambiar lazos deportivos porque devolvemos la visita. Pero eso se cortó, esperemos este año poder retomarlo como también seguir creciendo como club”, cerró Zanfagnini.