Un dinosaurio acorazado de dos patas que fue hallado en la provincia de Río Negro y bautizado Jakapil kaniukura, fue presentado hoy por investigadores del Conicet y la Fundación Azara, quienes explicaron que «no sólo es el primero de su tipo encontrado en el Hemisferio Sur», sino que tiene la particularidad de ser «el único acorazado primitivo en haber llegado hasta la era Cretácica».
El hallazgo fue publicado hoy en la prestigiosa revista Scientific Reports del grupo Springer-Nature con el nombre «A new Cretaceous thyreophoran from Patagonia supports a South American lineage of armoured dinosaurs» y los autores son Sebastián Apesteguía y Facundo Riguetti (ambos del Conicet, Azara y la Universidad Maimónides) y Xabier Pereda-Suberbiola (de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea).
El ejemplar fue encontrado en La Buitrera -ubicada en la localidad rionegrina de Cerro Policía, al costado de la ruta que pasa por el pueblo-, un Área Paleontológica descubierta hace 23 años por Apesteguía y su equipo, quienes también estuvieron al frente de esta excavación.
«Lo que encontramos fueron diversas partes de distintos lugares del esqueleto: varias del cráneo, de las patas, de los brazos y de los escudos protectores. No fue un esqueleto completo pero fueron suficientes piezas como para estudiarlo y darle un nombre distintivo», explicó a Télam Apesteguía.
El paleontólogo describió que «con Jakapil pasó algo diferente de lo que sucedió con otros hallazgos; cuando encontramos los primeros restos pensamos que se trataba de un pequeño cocodrilo por las placas, por los dientes con múltiples crestas, y no le prestamos mucha atención».
«Pero a lo largo de los años fuimos juntando más material de este animalito y la preparación de los fósiles nos hizo dar cuenta de que se trataba de algo diferente y que era un nuevo acorazado, es decir una especie nueva dentro de esta familia de dinosaurios y sumamente importante», precisó.
Para comprender la relevancia del hallazgo, Apesteguía explicó qué es un dinosaurio acorazado.
«Los acorazados son los que conocemos técnicamente como tireóforos, son herbívoros, muy antiguos, y están formados por los anquilosaurios y estegosaurios», contó.
Los estegosaurios tienen grandes placas en la espalda y se conocen sobre todo por los hallazgos en el Jurásico en Norteamérica, mientras los anquilosaurios vivían en el Cretácico y también tienen grandes placas en la espalda que los protegían y, a veces, contaban con una maza en la cola, describió.
El investigador explicó que «el dinosaurio que presentamos hoy no se había encontrado en ningún otro lugar del mundo, es una especie nueva pero el grupo al que pertenece, los tireóforos (es decir los acorazados) sí se han hallado previamente, incluso en Argentina».
Los tireóforos primitivos, llamados basales, eran pequeños y caminaban en dos patas, «luego los tireóforos se volvieron muy grandes (más de seis o siete metros), muy pesados y cuadrúpedos», indicó Apesteguía.
Y aclaró que «hasta el momento los tireóforos basales como Jakapil sólo se habían encontrado en el Triásico y a principios del Jurásico; entonces lo que tiene de raro este hallazgo es que se trata de un tireóforo basal que corresponde al pleno Cretácico superior (hace 100 millones de años), es decir, a la última etapa de la vida de los dinosaurios».
En ese contexto, Apesteguía enfatizó que «este hallazgo es importantísimo por varias razones, una de ellas es que nos da mucha más información sobre el origen de los dinosaurios acorazados ya que estamos viendo un representante de un linaje muy antiguo presente en Sudamérica».
Hasta ahora todos los representantes de ese linaje estaban en Europa o en Norteamérica, por lo que se pensaba que se había originado en el Hemisferio Norte y ahora Jakapil demuestra que este tipo de dinosaurios (los tireóforos basales) «tuvieron su capítulo en el sur, pero además da cuenta de que lograron sobrevivir hasta el fin de la época de los dinosaurios», aseguró.
Otro eje que destacó el paleontólogo es que el hallazgo «da un panorama inesperado sobre la diversidad de herbívoros de esta zona, porque hasta ahora los que habían aparecido eran principalmente fenodontes, es decir, parientes de los lagartos y no dinosaurios».
«Jakapil es el primer dinosaurio herbívoro que aparece en el área paleontológica de La Buitrera en el tiempos en los que vivieron los demás integrantes de la fauna. En este sentido este ejemplar era una figurita faltante de quienes vivieron en ese desierto que llamamos Kokorkom (desierto de los huesos) y que sirve para completar el esquema de las cadenas tróficas (las redes de alimentación)», señaló.
Hallado en territorio Mapuche-Puelche, el ejemplar fue bautizado Jakapil kaniukura porque combina palabras de ambas lenguas: Ja-Kapïl significa «portador de escudos» en lengua Guenenna iajesh, Puelche o Tehuelche del norte, mientras que kaniukura hace referencia a la «cresta de piedra» que caracteriza a la especie, en la lengua Mapudungun (mapuche).
Jakapil es un pequeño dinosaurio de unos 1,5 metros de longitud y entre 4 y 7 kilos de peso; pertenece al grupo de los dinosaurios acorazados, cuyo rasgo más distintivo es la presencia de varias hileras de huesos dérmicos (asociados a la dermis de la piel) en forma de escudos que protegen el cuello, lomo y cola del animal, similar a lo que ocurre en los cocodrilos actuales.
Al igual que el resto de los tireóforos, tienen dientes en forma de hoja (romboides y con dentículos en el borde más externo, similares a los de las iguanas actuales) y con grandes caras de desgaste, lo que se condice con un eficiente procesado de una dieta herbívora.
El rasgo más distintivo de Jakapil es la presencia de una mandíbula única para un tireóforo, relativamente corta y con una gran cresta en el borde inferior.
La mayoría de los escudos son también particulares, muy aplanados, en forma de discos.