Cinco tiros quedaron estampados sobre la fachada del edificio de Servando Bayo 1085, en barrio Echesortu. El ataque ocurrió a la 1.20 de la madrugada de este jueves y estuvo precedido por una leyenda escrita con aerosol: “Leo, pagá”, que poco después fue borrada. Según fuentes de la investigación, el destinatario sería el dueño de uno de los inmuebles, Leonardo Andrés P., un hombre de 45 años vinculado a los juegos de azar quien declaró que días atrás “miembros de la banda Los Monos lo amenazaron y le exigieron 400 mil dólares”. No obstante, luego de que la balacera tomara trascendencia pública esa información fue desmentida por su abogado defensor en declaraciones a un portal de noticias.
La pesquisa quedó en principio en manos de la fiscal de Flagrancia Ana Julia Milicic, pero el Ministerio Público de la Acusación evaluaba asignarla a la Unidad de Gravedad Institucional que investiga casos complejos y crimen organizado. Mientras tanto la fiscal ordenó al gabinete criminalístico de la Policía de Investigaciones (PDI) las medidas de rigor: croquis, levantamientos de rastros, relevamiento de cámaras y toma de testimonios.
Voceros del caso agregaron que en el mismo edificio acribillado se encuentra la oficina de un «testigo reservado» de la causa por asociación ilícita que se sigue contra Esteban Alvarado, el hombre de alto perfil imputado, entre otros delitos, de instigar el crimen del prestamista Lucio Maldonado. El mes pasado, la hermana del testigo denunció una apriete en ese mismo lugar, un dato que ahora llamó la atención de los investigadores que por el momento no vinculan la balacera de este jueves con los sucesos anteriores.
Grafiti y balas
“Mi marido salió a fumar al balcón y escuchó un ruido de aerosol como que estaba escribiendo. Vio a dos muchachos encapuchados. Uno le preguntó al otro si ya había terminado y cuando le dijo que sí, sacó un arma grande y efectuó los disparos. Gritaron «Leo» y dispararon”, relató una vecina del edificio a Canal 3.
De acuerdo con fuentes de la investigación, Leonardo Andrés P., el supuesto destinatario del ataque declaró que días antes “personas de la banda de Los Monos lo amenazaron y le pidieron 400.000 dólares”. Según fuentes del caso, es un empresario vinculado a negocios inmobiliarios y, en el pasado, a la distribución y explotación de juegos de azar. Incluso el diario paraguayo ABC lo mencionó en diciembre de 2017 como posible accionista de Daruma Sam SA, una empresa dedicada a las apuestas deportivas online en el país vecino.
Fuentes policiales indicaron además que Leonardo P. se encuentra imputado en una causa por asociación ilícita que tramita en los tribunales de Melincué, por juego clandestino, aunque no abundaron en detalles. La última información de fuentes judiciales lo ubicaba cumpliendo prisión domiciliaria en una vivienda de barrio Fisherton, aunque otra versión sostiene que actualmente reside en un country.
Sin embargo, gran parte de esa información fue desmentida por su abogado defensor. Según el portal Rosario 3, el letrado Luis Rossini aclaró que su cliente “jamás habló de extorsión” y también desestimó la existencia de causas judiciales pendientes en otras provincias como se difundió. En ese sentido aclaró que su cliente «sólo tiene una causa en etapa preparatoria en Melincué».
Otro aspecto que despertó el interés de los detectives en relación a la balacera es un hecho ocurrido el 14 de junio pasado en ese mismo edificio. En esa oportunidad la hermana del testigo protegido en la causa contra Esteban Alvarado denunció al 911 que fue encerrada por una camioneta Amarok color blanca a modo de amenaza. Pero un investigador consultado para esta nota le restó asidero a esa línea.