Integrantes del sindicato ATE, agrupaciones de cineastas y estudiantes se concentraron este jueves en las puertas del cine Gaumont de la Ciudad de Buenos Aires, en rechazo de la posible venta de esa emblemática sala de proyecciones y del recorte de fondos que el Gobierno dispuso para el Incaa, en una manifestación en la que se produjeron incidentes con la policía, lo que derivó en detenidos.
Se vivieron momentos de tensión cuando los manifestantes, quienes llamaron a defender los puestos de trabajo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) y las políticas de fomento de esa industria, protagonizaron incidentes con efectivos de la Policía de la Ciudad que buscaban hacer cumplir el protocolo antipiquetes, despejando la calle para que subieran a la vereda.
Los participantes de la manifestación forcejearon con los policías y denunciaron que los uniformados les arrojaron gas pimienta. También hubo algunos detenidos.
En la marcha en las puertas del cine ubicado a metros del Congreso nacional también se pronunciaron contra «los despidos y el ataque al Incaa, en defensa de los festivales federales, los espacios INCAA (como el Gaumont) y las escuelas de cine y la continuidad de la señal televisiva y la plataforma Cine.ar».
Tras los incidentes con la policía, la marcha se trasladó unos metros hacia la Plaza del Congreso. Dentro del cine se hizo una conferencia de prensa, de la que participaron los reconocidos actores Mirta Busnelli y Víctor Laplace.
En la marcha estuvo también su colega Leonardo Sbaraglia, quien se quejó de que «están dejando morir una industria que funciona», remarcó que el sector es «pujante, potente y respetado en el mundo» y sentenció: «Milei tendría que estar orgulloso del cine argentino».
«La policía reprimió en la conferencia de prensa en frente al Gaumont. Nos quieren sin trabajo, pobres, entregando nuestra cultura y soberanía. Una vez más, el ajuste sólo cierra con represión. Libertad ya a los detenidos», se quejó en las redes sociales el titular de ATE-Capital, Daniel Catalano.
La iniciativa se concretó luego de la resolución firmada por el presidente del Incaa, Juan Carlos Pirovano, que dispuso dar de baja todos los contratos que se vencían el 31 de marzo de este año, la asignación y el pago en concepto de horas extras, la reducción del servicio de seguridad, así como de transporte, combustible, estacionamiento, comida, y/o cualquier otro gasto de representación institucional.
El Incaa depende de la Secretaría de Cultura, bajo la órbita del Ministerio de Capital Humano, tiene 645 empleados y unos 500 son de planta permanente.