El intendente de Cipolletti, Alberto Weretilneck, y vecinos de la ciudad rionegrina reimpulsaron ayer la campaña de recolección de firmas que iniciaron hace diez días para pedirle a la Justicia mayor celeridad en la investigación y condena de diversos casos criminales ocurridos en la ciudad.
“Este tremendo y doloroso hecho nuevo, la bomba que ayer mató a un querido trabajador municipal, demuestra la importancia de nuestro pedido”, dijo Marcelino Oliva, uno de los promotores de la campaña, en referencia a la muerte de José Domingo Maciel a raíz del estallido de un artefacto de fabricación casera oculto en una mochila en la vereda de la Escuela de Cadetes y Agentes de Policía de la provincia en esta ciudad del valle.
Oliva se refirió en particular al caso de su hijo David, de 20 años, asesinado a balazos el 29 de diciembre de 2008 por dos menores, de 17 y 16 años en esa fecha, en el marco de una discusión callejera.
“La Justicia ya se pronunció, con una condena de diez años y ocho meses para el asesino que es mayor de edad y pena en suspenso hasta que el otro cumpla 18, pero una sentencia no alcanza para curar el dolor de un padre” dijo al respecto.
Añadió: “El pedido que hacemos junto con el intendente Weretilneck es para que se profundice la investigación en torno a una familia que estaría involucrada en la muerte de mi hijo y en otra cantidad de hechos”.
“Esta gente tiene que ver con la droga, el robo de autos, asaltos a mano armada y otros delitos, y creo que también tiene que averiguarse si no hay complicidad de algunos policías que le liberan zonas para sus atracos”, afirmó.
El intendente Weretilneck, en declaraciones efectuadas la semana anterior al lanzar la campaña de recolección de firmas, dijo: “Los cipoleños queremos vivir en paz y justicia”
“Queremos construir una ciudad en la que podamos disfrutar de nuestro trabajo, el descanso y de la posibilidad de criar a nuestros hijos en un ámbito de seguridad, y exigimos que se termine la impunidad”, sostuvo el jefe comunal.
Oliva dijo también: “Ya reunimos varios miles de firmas y esperamos llegar con el petitorio ante el Superior Tribunal de Justicia de la provincia, parlamentarios provinciales y nacionales y, si hace falta, ante la Corte Suprema”.
“La muerte de José Domingo Maciel no puede ser otra más. Hay que ponerle un punto final a tanta sangre inocente derramada en Cipolletti”, expresó finalmente.
En la ciudad la serie de asesinatos sin esclarecimiento total se inició en noviembre de 1997 con las muertes de las hermanas María Emilia y Paula González, y de su amiga Verónica Villar.
Por este caso cumple condena Claudio Kielmasz, a quien se le pudo probar su participación en el homicidio, aunque no fue acreditada su total responsabilidad y se diluyeron pistas sobre posibles cómplices.
En septiembre de 1999 apareció asesinada a golpes la bioquímica Ana Zerdán. El principal sospechoso fue su pareja, Juan Carlos Aguirre, que resultó absuelto por la cámara del Crimen de Cipolletti.
Ese fallo después fue anulado por el Superior Tribunal rionegrino, la Corte Suprema convalidó esa resolución y ahora se espera un nuevo juicio.
En mayo de 2002 fueron encontradas asesinadas la psicóloga Carmen Marcovecchio, la bioquímica Mónica García y la paciente Alejandra Carbajales, en el laboratorio de la segunda de las víctimas.
El único imputado, David Sandoval, fue absuelto por el “beneficio de la duda”, ya que la Cámara Segunda del Crimen de General Roca consideró que no había pruebas contundentes para condenarlo.