La diabetes, enfermedad crónica y progresiva, considerada “la epidemia del siglo XXI”, se caracteriza por la concentración de azúcar en la sangre por encima de los valores normales. Existen dos tipos, 1 y 2, siendo esta última la más común ya que comprende el 90 por ciento de los casos.
La diabetes tipo 2 es la enfermedad que más aumenta actualmente en el mundo. Está asociada al modo de vida occidental y, en gran medida, a la obesidad. A diferencia de la diabetes tipo 1, se manifiesta en la edad adulta y se caracteriza por el aumento de la resistencia de las células a la insulina y no a la carencia de la misma.
A nivel mundial se considera que 250 millones de personas sufren este trastorno, que se asocia a la obesidad en más de la mitad de los casos, y se estima que esta cifra aumentará de forma significativa en los próximos años.
Esta enfermedad progresiva necesita un control continuo y se beneficia tanto de un diagnóstico precoz como de herramientas relacionadas a una nutrición adecuada y al ejercicio físico. Hasta ahora sólo el tratamiento médico se había mostrado como útil en su control.
Esta afección afecta diversos órganos y sistemas, causando enfermedades graves. De acuerdo a la cantidad de afectados en el mundo, se calcula estadísticamente que se producirán por ella 35 millones de ataques cardíacos, 13 millones de accidentes cerebro vasculares, 6 millones de episodios de insuficiencia renal, 8 millones de casos de ceguera o cirugía ocular, 2 millones de amputaciones y 62 millones de muertes, con lo cual ya estamos viendo la magnitud del problema.
Obesidad, diabetes y cirugía
Está bien documentado que la diabetes asociada a la obesidad puede ser resuelta en forma parcial o completa, pero sólo con una terapia agresiva y temprana.
El consagrado tratamiento de dietas, ejercicios y cambios de hábitos pueden lograr una reducción de peso con una mejoría significativa en el control de la diabetes en el corto plazo. Sin embargo, los resultados a largo plazo siguen siendo desalentadores debido al fracaso de los pacientes en el mantenimiento en el tiempo de estas medidas.
En la actualidad existe un importante nivel de evidencia del éxito de distintas técnicas quirúrgicas empleadas para el tratamiento de la obesidad, como la cirugía bariátrica, que en el caso de los obesos diabéticos tipo 2 se logra un promedio de remisión de su diabetes cercano al 85 por ciento con glucemias normales sin medicación.
En forma reciente, se están aplicando estas cirugías a pacientes con obesidad menos severa e incluso con sobrepeso, con lo que se inicia una nueva subespecialidad que se denomina cirugía metabólica.
Respaldo internacional
La Federación Internacional de Diabetes, en su reunión de marzo pasado en la ciudad de Nueva York, convocó a expertos en cirugía bariátrica y diabetes para debatir sobre este tema. Concluyó en un documento donde recomienda a la cirugía bariátrica y metabólica como una alternativa temprana para el tratamiento de la diabetes tipo 2 en grupos de pacientes seleccionados, ayudando así a detener las graves complicaciones que pueden resultar de la diabetes.
Quiénes pueden ser operados
A diferencia de la cirugía bariátrica, la cirugía metabólica se puede realizar en pacientes con índice de masa corporal menores a los de obesidad severa y mórbida, ya que el objetivo principal de la misma es el tratamiento de la diabetes y no de la obesidad.
Diversos centros en el mundo ya realizan estas operaciones considerando algunos criterios para la selección de pacientes para este tipo de cirugía tales como la edad entre 25 y 60 años, diabetes mellitus tipo 2 con menos de 10 años de evolución, tratamiento con hipoglicemiantes orales (pastillas) o si está siendo tratado con insulina (con un máximo de siete años utilizándola y estudios bioquímicos específicos y anti cuerpos anti gada negativos los que orientan a descartar a aquellos pacientes con diabetes de causa auto inmunitaria).
Secretario de la comisión de Cirugía Bariátrica de la Asociación Argentina de Cirugía.