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Ciudad Evita: la combinación del amor de Perón a su esposa y el amor de Eva al pueblo

Al cumplirse el 68 aniversario de la muerte de Eva Duarte, el 26 de julio, el barrio de La Matanza, con sus hermosos chalets con techos de tejas y jardines, es una marca registrada de su pasión por los desposeídos a los que quiso siempre darle lo mejor . El presidente también le rindió homenaje

Al barrio Ciudad Evita, ubicado en La Matanza, se lo conoce como la capital de la producción y el trabajo, la marca registrada del peronismo, la ciudad con cara de mujer, o sencillamente por ser un icono arquitectónico que dignificó la vida de los trabajadores con viviendas sociales distinguidas en las cercanías de la Capital.

La imagen satelital de esta ciudad resume las consignas anteriores con la imagen de quien fuera una de sus principales impulsoras, Eva Duarte de Perón, y pese al paso del tiempo y de los gobiernos, sigue en pie su inconfundible rodete, su perfil y su mentón.

También se ha sumado, a lo largo de las décadas, su brazo en alto señalando hacia el Aeropuerto de Ezeiza, y otras construcciones que –si bien dejaron de ser los coquetos chalets impulsados por la abanderada de los humildes para sus “grasitas”–, siguieron teniendo el mismo fin social, aunque en clave de monoblock.

Iguales a las de Hollywood

“Sólo alguien con una conciencia social igualitaria como la de Evita pudo imaginar y construir casas bellas para los humildes. Esa fue una de las principales críticas de los desarrolladores de la época”, recuerda la desarrolladora Fabiana Martínez.

“De ahí viene el famoso mito de que «los negros hacen asado con piso de parquet», una frase peyorativa por excelencia que al día de hoy se sigue repitiendo sin que se conozca sus orígenes”, relató la arquitecta que forma parte de los equipos técnicos del Partido del Trabajo y la Equidad (Parte) y del Instituto Patria. Martínez explicó que “Eva quiso que las casas tan características del barrio, con techos de tejas y estilo californiano, sean iguales a las de Hollywood porque decía que los pobres cuando iban al cine soñaban con vivir en lugares así.

Ella no daba lo que sobraba, daba lo mejor, algo que irritaba a las clases medias que tenían un profundo temor a esa igualación social”. “Por eso, el barrio Evita combina el amor de Eva por el pueblo, y el amor de Perón por Eva, ya que fue diseñado ex profeso con su perfil por el expresidente”, relató Martínez.

Blanco de los avatares de la política

De fácil acceso, por la Autopista Richieri, Ciudad Evita es una ciudad jardín con chalets estilo californiano de ambientes amplios, con parque al frente y al fondo.

La edificación contó desde su creación con todos los servicios, escuelas y centros de salud. Se construyeron centros comerciales, bancos, una comisaría y una delegación municipal. Con el crecimiento de la población, Ciudad Evita fue perdiendo el ambiente rural y se fueron edificando nuevos barrios.

Nació de un proyecto del urbanista inglés Edward Howard, y fue oficializado el 20 de octubre de 1947 con el Decreto 33221/47 que dio inicio a las obras que tenían como fin dar vivienda a los migrantes.

El nombre Ciudad Evita sufrió los avatares de la política: tras el derrocamiento de Perón se la llamó Ciudad General Belgrano; en 1973, con el gobierno de Héctor Cámpora, recuperó el nombre de Evita; con el golpe cívico militar del 76 se la rebautizó como Ciudad General Martín Miguel de Güemes; y con la democracia, recuperó su nombre original.

Hoy abarca 16,22 kilómetros cuadrados, viven más de 68.400 personas y está limitado por la avenida República Oriental del Uruguay, el río Matanza, las avenidas Cristianía y Crovara. En 1997 fue declarada Lugar Histórico.

Eva dibujada en los paredones

El politólogo Pablo Vázquez explicó el significado del barrio a través de las décadas: “Es símbolo de la vuelta de Perón del exilio porque muchos se concentraron ahí para marchar a Ezeiza, es uno de los barrios más pujantes del conurbano con una fuerte impronta peronista, y después de 68 años de la muerte de Evita su figura sigue presente cuando uno camina las calles y la ve en los paredones dibujada”.

“También fue foco de la resistencia peronista en el 55, y lugar de disputa entre el peronismo ortodoxo y montoneros”, relató Vázquez, quien además es miembro del Instituto Eva Perón y licenciado en ciencias políticas.

El barrio hoy “es uno de los bastiones electorales del país, y siempre contó con un gran incremento en la tasa de escolaridad. Hoy no sólo es un barrio obrero sino también universitario”, acotó.

“Fue uno de los primeros barrios con nombre de mujer política y fue un acto de amor. El amor de Perón a Eva que en su homenaje, diseñó las casas con el perfil de su esposa, algo que ella supo a pocos días de su inauguración, cuando el entonces ministro de Obras Públicas Juan Pistarini le mostró el plano”, contó Vázquez.

Ese mismo perfil fue el que se utilizó luego de su muerte en los sellos postales.

Bicicletas y camisetas de fútbol

El barrio fue administrado por Eva hasta su muerte y con el derrocamiento de Perón, la gestión pasó a Gendarmería y construyeron monoblocks en un período en la que la imagen de Eva se fue distorsionando. Juan Caputo tiene 80 años y recuerda cuando tenía 8 y se encontró con Perón y Evita en el barrio.

“Yo no vivía ahí pero estaba con unos amigos y me acababan de operar de las orejas por eso tenía toda la cabeza vendada. Estábamos en el potrero y cuando escuchamos que venían Perón y Evita fuimos corriendo a ver. Cuando Perón me vio se paró y empezó a preguntarme qué me había pasado, quién me había operado, en dónde me habían atendido”, recuerda Caputo.

“Yo le fui contestando y en un momento se acercó Evita y recuerdo que me hizo una sola pregunta, quiso saber de qué trabajaba mi papá. Yo le respondí que vendía fruta en la feria.

Me acuerdo que les pedimos bicicletas y entonces ellos nos dieron unas tarjetas y nos dijeron que teníamos que ir a retirarlas a un lugar donde hoy está el Correo”, relató.

“Era un fin de semana así que el lunes a primera hora estábamos los cuatro ahí. Nos recibieron unas personas y nos dijeron que las bicicletas se habían terminado así que nos dieron cuatro camisetas nuevas de fútbol a cada uno.

Nunca voy a olvidar la emoción de ese día a pesar de que nunca milité en política ni fui peronista”, recuerda.

Compromiso con los que menos tienen

El presidente Alberto Fernández reafirmó el “compromiso” del Gobierno nacional “con los que menos tienen”, y aseguró que Eva Perón fue “un ser único que merece que se la recuerde cada día”, al participar de un acto de homenaje a la exprimera dama.

“Mientras exista alguien que necesite en Argentina, nosotros tenemos razón de existir”, enfatizó el Presidente. “Ella pasó por el país para darle la igualdad que Argentina no tiene y que se mantiene todavía”, dijo después.

Volvió a remarcar que “cuando vemos la desigualdad no podemos estar en paz con nuestra conciencia”. Durante el acto,  el jefe de Estado insistió con que ese legado.

“Por eso un día el pueblo salió a la calle para pedir por la libertad de un coronel (Perón) que se había dado cuenta que existían, que tenían derechos y que a partir de ellos se podía hacer un mejor pueblo”, afirmó Fernández.

Tras las huellas de Evita

Puso de relieve que es necesario “garantizar que salgan de la pobreza aquellos que después de cuatro años quedaron en esa situación” y pidió seguir recordando a Eva Perón para que “no nos falle la memoria y nos nos falte su ejemplo para seguir adelante”.

“Ya no hay dogmas que deben ser respetados, todos los dogmas se cayeron. Tenemos que reescribir otra historia y otra economía más justa. Debemos hacerlo con todos, todes y todas y entre todos: acá no sobra nadie”, afirmó el presidente.

Fernández destacó el compromiso del peronismo con los más humildes que entienden, dijo, “que los problemas del otro se convierten en mi problema cuando yo conozco ese problema”.

En ese sentido, destacó que “el mejor modo de recordar a Evita es estar al lado de los que más necesitan. En este tiempo de pandemia no podemos darnos el lujo de separarnos frente a los que más necesitan”.

Fernández llamó a no olvidar “a quiénes representamos: los que están más abajo deben ser los primeros en ser atendidos: debemos tener la ética de la solidaridad, tenderle la mano al que está en el pozo.

Hemos llegado a la política para ser la voz de los que no tienen voz y darle derechos a los que no los tienen: Esa es la razón de ser de nuestra existencia”. “Gracias Evita por haber pasado por esta tierra y haber dejado semejante huella”, concluyó el presidente.

 

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