Seis inspectores de la Dirección de Habilitaciones del gobierno porteño comprobaron destrozos en el tejido de alambre que separa la cabecera visitante del campo de juego.
Las roturas se produjeron por el movimiento intencional del alambrado por parte de los hinchas de Vélez, al ingresar y retirarse del estadio.
Los inspectores labraron un acta a la dirigencia del club y el sector será clausurado el martes, cuando se retomen las actividades.
El presidente de All Boys, Roberto Bugallo, le reconoció que las refacciones pedidas por el gobierno porteño serán imposibles de cumplir antes del próximo fin de semana.
En efecto, la única posibilidad de recibir a Boca en Floresta es que All Boys le ceda a la parcialidad visitante la totalidad de la tribuna lateral, que da espaldas a la calle Chivilcoy y que habitualmente ocupa el público local.
Pero para que ello sea posible, la Dirección de Habilitaciones tiene que levantar la clausura que pesa sobre la popular superior de la calle Mercedes, que esta tarde estuvo cerrada.
Caso contrario, All Boys deberá alquilar un estadio y no será el de Vélez Sarsfield -uno de los más próximos- por una razón de costos y seguridad, ante la mala relación de ambas hinchadas.