El cáncer de mama es el cáncer más frecuente en la mujer y la primera causa de muerte por cáncer en mujeres de entre 35 y 70 años en todo el mundo, por lo que su tratamiento debe ser siempre primordial, y a la reconstrucción mamaria hay que considerarla luego de realizar el diagnóstico inicial.
Se estima que aparecen 16.000 casos nuevos y fallecen 6.000 mujeres por año.
La reconstrucción mamaria es un paso importante que marca el final del tratamiento del cáncer y el camino de regreso a una vida normal. Así lo indicó el cirujano plástico Gonzalo Bardot, miembro de Renaissance Aesthetic and Orthomolecular Center y del Departamento de Cirugía Plástica del Hospital de Clínicas José de San Martín.
Bardot explicó que si bien la mama “no es un órgano imprescindible para la vida, es un símbolo importante de feminidad en muchas culturas”.
“Luego de padecer cáncer de mama, muchas mujeres sienten que ya no son sexualmente atractivas o se sienten desvalorizadas. Aun cuando el tratamiento no implique la resección de toda la mama, su apariencia puede resultar modificada. Esos cambios estéticos pueden ser corregidos mediante reconstrucción mamaria, cuyo objetivo general es restaurar la forma de la mama faltante”, explicó el cirujano.
En ese sentido, el especialista indicó que la calidad de la reconstrucción mamaria “va a depender no solamente de la habilidad del cirujano, sino también de la cantidad de tejido mamario faltante, del estado de salud general del paciente, y de otros factores”.
De todas maneras, aclaró que “ningún cirujano puede garantizar un resultado exitoso, porque cada paciente es único y cada caso es diferente”.
Además, Bardot destacó que “en una mastectomía se reseca el tejido mamario y la piel que lo recubre”, por lo que para reconstruir una mama es necesario “reemplazar dicho tejido (piel y mama), ya sea con tejido de otra parte del cuerpo o con un sustituto adecuado”.
“Cada método tiene ventajas y desventajas, y ninguna técnica es perfecta”, añadió.
Existen básicamente varios tipos de reconstrucción mamaria:
Reconstrucción mamaria con implantes mamarios (material prefabricado colocado debajo de la piel). En ella, el tejido mamario es reemplazado por una prótesis similar a la utilizada en una cirugía estética de aumento mamario.
Reconstrucción mamaria con tejido autólogo (tejido vivo, principalmente piel y tejido adiposo, transferido desde otra parte del cuerpo del mismo paciente). El tejido más utilizado para crear una nueva mama proviene de la región abdominal baja, donde la mayoría de las mujeres presenta un exceso de tejido.
Reconstrucción del complejo areola-pezón. “Aunque el objetivo principal de la reconstrucción mamaria es que el paciente se vea de manera natural cuando está vestido, muchos también quieren verse así cuando están desnudos. La reconstrucción del pezón es importante porque permite aumentar la ilusión de una mama natural”, señaló el cirujano.
Al respecto, comentó que “las técnicas para reconstruir el pezón son sencillas y se llevan a cabo entre 8 y 12 semanas luego de la reconstrucción mamaria”.
“En el caso de la reconstrucción de la areola, se realiza mediante un tatuaje, 6 semanas luego de la reconstrucción del pezón”, dijo.
Algunos mitos acerca de la reconstrucción mamaria:
¿Puede realizarse en forma inmediata? Sí, puede hacerse en el mismo momento de la mastectomía, o puede realizarse meses o años más tarde.
¿Se pierde sensibilidad? Sí, con el implante mamario, la mama no se ve ni se siente tan natural, no se mueve como la mama original y tiende a quedar rígida en vez de caer naturalmente hacia un lado cuando la mujer se acuesta.
¿Las prótesis deben cambiarse después de unos años? La mayoría de los implantes sufren un cierto desgaste y se recomienda cambiarlos cada quince años.