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Para tener en cuenta

Claves para un verano lleno de mosquitos: qué se debe aplicar primero, protector solar o repelente

El orden de aplicación entre ambos productos es crucial para evitar enfermedades, tales como el dengue, además de daños en la piel. Cómo protegerse de forma correcta, según los expertos


Los niños son los más sensibles y hay que cuidarles la piel

Las altas temperaturas y las vacaciones son las excusas ideales para establecer planes al aire libre. Sin embargo, para transitar el verano de modo saludable, ante la presencia de mosquitos y la posible exposición al sol por estas actividades, surge una pregunta esencial: ¿qué va primero, el protector solar o el repelente de insectos? Es que ambos deben aplicarse de forma correcta para asegurar su efectividad.

En lo que se refiere al dengue, una de las principales enfermedades transmitidas por mosquitos, América Latina y el Caribe fueron las regiones más perjudicadas por la enfermedad, con más de 4,3 millones de casos, de los cuales 2.232 fallecieron, según la última actualización de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). En tanto, en la Argentina, se reportaron 128.129 casos autóctonos y 1.775 importados y hubo 71 muertes, según el Ministerio de Salud de la Nación. Es por este motivo que la aplicación de repelente es esencial para evitar la patología.

Además, es esencial recordar que, debido a que el sol emite distintas radiaciones que dañan la piel, “existen riesgos importantes con la exposición a largo plazo”, ya que no solo se pueden registrar de forma casi inmediata (como en el caso de la quemadura solar), sino que además se producen año tras año, “el daño se va acumulando y la piel se vuelve más vulnerable, pudiendo transformar las células de la piel”, según advierten desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).

Es por ese motivo que ambos productos son esenciales como barrera de protección. Ahora bien, ¿cuál es el orden? “Es necesario aplicar primero el protector solar y esperar 30 minutos para luego aplicar el repelente, manteniéndose así la efectividad de ambos productos”, indicaron desde el Ministerio de Salud argentino. “Los repelentes no deben mezclarse con protectores solares en la misma formulación”, resaltó en diálogo con Infobae el doctor Francisco Dadic (MN 125795), médico especializado en toxicología.

Las razones de esta diferencia, según la SAP: “Combinados aumentan el nivel de toxicidad”. Al tiempo que Ricardo Teijeiro (MN 58065) infectólogo del Hospital Pirovano y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), indicó a Infobae que la aplicación inmediata del “repelente puede disminuir el efecto del protector”.

Al tiempo que, desde la sociedad científica, aclararon que se debe “aplicar el protector por lo menos 20-30 minutos antes de la exposición y se debe renovar su aplicación cada 2 horas cuando la piel está seca o cada vez que se sale del agua o se frota o limpia una zona. Una buena capa y en forma pareja. No olvidarse de las orejas, el cuello, el dorso de manos y pies que son zonas muy expuestas”. En ese sentido, destacaron que el orden de espera entre uno y otro con el repelente debe mantenerse en las distintas aplicaciones del protector solar.

Cuáles son los tipos de repelente y qué tener en cuenta

Los repelentes, como bien indica su nombre, evitan que los insectos se acerquen. Es decir, que se previene el contacto de los mosquitos con la piel. “Se aplican sobre las zonas expuestas del cuerpo mediante lociones, cremas, vaporizadores, roll-on, o toallitas impregnadas”, indicó el experto.

En ese sentido, Dadic brindó algunas recomendaciones para su correcta elección:

– Si bien existen varias marcas comerciales, la mayoría está compuesta por aceite de citronela, de eucalipto, de limón, picaridina, parametanodiol y DEET, entre otros. De todos, el más ampliamente difundido y estudiado es el DEET o N,N-dietil-meta-toluamida (que no es el plaguicida DDT).

– La DEET interfiere con las neuronas y los receptores en las antenas y la boca de los mosquitos. Para evitar efectos indeseados, la Academia Americana de Pediatría recomienda que al aplicarse en niños, no deben contener más de 30% de DEET. Asimismo, indica no utilizarla en menores de 2 años y sugiere “aceite de citronela solo, sin aditivos químicos”.

– “Las marcas comerciales tienen distintas concentraciones de DEET, motivo por el cual poseen un efecto más duradero y eso hace que sea para uso ‘familiar’ o no. Un producto con DEET al 10% protege durante 2 a 3 horas aproximadamente, mientras que, si es al 25%, la protección es de 6 horas en promedio”, detalló el experto.

– El aceite de citronela, en tanto, es un extracto especies vegetales. Sus limitaciones se centran es que “limitado como repelente” y su “corta acción en el tiempo”.

– “El aceite de eucalipto, por su parte, puede provocar fenómenos de broncoespasmo en personas con susceptibilidad previa. Además, no se recomienda en menores de 3 años ni en concentraciones mayores al 30% superada esa edad”, advirtió el toxicólogo.

– “Se recomienda ropa de manga y pantalones largos (de color claro) siempre que se encuentre en el exterior, mientras que en el interior es ideal usar tules sobre las cunas, mosquiteros y repelentes químicos eléctricos, pero a no menos de 1,5 metros de distancia”, agregó el experto.

Además, indicó que “es importante revisar la etiqueta en busca de la cantidad de DEET contenida, emplear los que no superen el 30%, siempre seguir las instrucciones, no aplicarlo debajo de la ropa, sobre heridas o piel irritada”. “Se deben descartar los brazaletes con repelentes químicos, el ajo o la vitamina B1 ingeridos por boca, los dispositivos de ultrasonido diseñados para alejar a los insectos y aquellos para el jardín que ‘electrocutan’ a los insectos (de hecho, pueden atraerlos)”, añadió Dadic.

En tanto, desde la SAP indicaron que no se debe “aplicar el repelente en zonas de heridas , cortaduras o piel irritada”, al igual que “en las manos de los niños”. “El mismo debe ser aplicado por un adulto”, resaltaron al indicar que en los casos en que los productos contengan DEET no deben aplicarse directamente en la cara. “Se deben rociar las manos y después frotarlas cuidadosamente sobre la cara evitando los ojos y la boca”, indicaron y resaltaron: “No se recomiendan repelentes para los niños menores de 2 meses de edad”.

Qué tener en cuenta a la hora de usar protectores solares

Pese a que el bronceado es un estado que la gran mayoría de las personas buscan en este época del año, desde la SAP aclaran que “no es un estado normal de la piel, sino que se trata de un mecanismo de defensa para disminuir el daño (fotodaño) frente a estas exposiciones”. “Dado que este daño es acumulativo, los niños y adolescentes son especialmente vulnerables y se encuentran particularmente en riesgo”, agregaron.

“Los protectores solares son compuestos que ayudan a prevenir la llegada de las RUV a la piel. El factor de protección solar (FPS) es la medida de capacidad que tiene un bloqueador solar para evitar que los rayos solares dañen nuestra piel. En términos de porcentaje podemos decir que un FPS 15 bloquea aproximadamente el 93% de las RUV, un FPS 30 bloquea el 97% y un FPS 50 bloquea el 99%”, explicaron desde la SAP.

En ese sentido, recomendaron “protectores solares con no menos de FPS 30″ en los niños. Al tiempo que resaltaron que es “importante siempre leer las etiquetas de los productos. Se desaconsejan aquellos productos que posean: parabenos, palmitato de retinol, oxibenzona, avobenzona y fragancias”. Y resaltaron: “Recordar para evitar el sol directo: ‘Sombra corta – riesgo alto’”; siendo que “la protección debe realizarse aún cuando la piel esté bronceada”.

Cuáles son las recomendaciones de la SAP

No exponer al sol directo a niños menores de 1 año. Asegurarse que los cochecitos estén provistos de una cubierta o campana para protegerlos del sol durante los paseos diurnos.

Evitar la exposición al sol directo entre las 10 y las 16 horas. Proteger a los niños aún los días nublados, ya que la radiación solar atraviesa las nubes, e incluso mientras realizan deportes al sol.

– Se recomienda siempre el uso de protectores solares, el factor de protección (FPS) no debe ser menor de 30, en algunos casos puede estar indicado el FPS 50 (en cremas, loción, spray, leches, geles). Contraindicados los protectores solares en niños menores de 6 meses.

– Buscar lugares con sombra: sombrillas, techados, árboles, entre otros. Brindar especial atención en las superficies que reflejen los rayos solares como el cemento, la arena, el agua, la nieve o superficies brillantes.

– Usar ropa adecuada: holgada, clara, fresca y de trama lo más cerrada posible, mangas y pantalones largos. Cubrir la cabeza con sombreros, gorras con viseras, pañuelos.

– Se aconseja la consulta al dermatólogo una vez por año, sobre todo aquellos niños y adolescentes con pieles sensibles (piel blanca, con pecas, muchos lunares, ojos celestes, cabello rubio o pelirrojo o antecedentes de cáncer de piel en la familia) y en todas aquellas oportunidades en que sea necesario.

“Todas estas recomendaciones también valen para los adultos”, recalcaron desde la SAP y concluyeron: “Enseñe a sus hijos a protegerse de la exposición al sol durante el período que transcurre en la escuela. El protector solar debe incluirse entre otros artículos que lleva”.

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