Algo cambió en Julio Cobos. Se prepara para su próximo maratón, el 17 de agosto en Mendoza, que esta vez será sólo de 15 kilómetros. A cargo de la Presidencia de la Nación hasta el domingo, el compañero de fórmula de Cristina de Kirchner es consciente de que ya no tiene margen de error de cara a 2011 y su única apuesta política es llegar a la Casa Rosada. Todo o nada, no repetirá como gobernador de Mendoza ni como candidato a vice ni, mucho menos, planea integrar un eventual gabinete de gobierno del Acuerdo Cívico y Social.
“Si no soy candidato a presidente, me vuelvo a mi casa. Un descanso me va a venir bien. Ya pasé por distintos cargos de gobierno y mi idea nunca fue repetirme. Ni siquiera como presidente estaría dispuesto a buscar una reelección”. Acostumbrado a correr trayectos de 42 kilómetros, ahora Cobos regula el esfuerzo. Su actitud cambió desde el triunfo de Ricardo Alfonsín en la interna radical de la provincia de Buenos Aires, ahora el vicepresidente luce dispuesto a acatar cualquier decisión orgánica del partido. Antes, la UCR necesitaba más a Cobos de lo que Cobos necesitaba al radicalismo, pero el éxtasis alfonsinista cambió el escenario en el principal polo opositor al kirchnerismo.
El titular del Senado no resigna todavía la posibilidad de cerrar un acuerdo con el Peronismo Federal de Felipe Solá y Francisco de Narváez. Y aunque prioriza la sociedad política de la UCR con el Partido Socialista de Rubén Giustiniani, imagina también una eventual fórmula presidencial junto a un peronista opositor. Eso sí, siempre y cuando lo autorice la Convención Nacional del radicalismo, ya que el vicepresidente descarta por completo postularse con su propio partido Consenso Federal. “Por afuera no; esa posibilidad no existe. Mi prioridad hoy es la unidad del partido y voy a acatar lo que se resuelva en cuanto a las candidaturas”. Eso significa que está dispuesto a dar pelea y participar de una interna con Alfonsín, quien ahora aprovecha su triunfo bonaerense y pide definir la fórmula por consenso.
La desconfianza vicepresidencial en el marco del Acuerdo Cívico y Social tiene una única destinataria: Elisa Carrió. Para el ex gobernador de Mendoza, la jefa de la Coalición Cívica será candidata a presidenta más allá de cualquier otro dirigente opositor. No importa si el candidato es él o Alfonsín, el protagonista de la Concertación Plural de 2007 está seguro de que Carrió no aceptará ser candidata a gobernadora bonaerense ni a jefa de Gobierno porteño, e insiste con anticiparse a esa ruptura a través de una depuración del ACyS.
Para relanzar la candidatura 2011, el cobismo prepara una cumbre multipartidaria para fines de agosto, en un salón con capacidad para mil personas. Allí, el vicepresidente presentará a su equipo económico liderado por el rionegrino Pablo Verani (hijo) y por el mendocino Enrique Vaqué. Cobos sorprende con algunas de sus definiciones: complementar el repetitivo discurso radical sobre institucionalidad y transparencia con medidas concretas para mantener a flote la economía. Como una devaluación gradual del peso, que acompañe los niveles reales de inflación, que en el búnker cobista estiman en un 25 por ciento anual. Además, propone profundizar la descentralización del gobierno y transferirles, por ejemplo, el control de la seguridad y del transporte a la Capital Federal y a la provincia de Buenos Aires.
Comienza a anochecer, y la música de la marcha contra el matrimonio gay retumba en el despacho del vicepresidente. “Es la manifestación de los cristianos y los evangélicos”, le apuntan al titular del Senado mientras se asoma por la ventana.