A menos de un mes para la apertura de sobres del segundo llamado a licitación (el primero resultó desierto) para la construcción de las cocheras subterráneas en el distrito Centro, representantes del Colegio de Arquitectos de Rosario y de las asociaciones Amigos del Riel y Tren para Todos fueron ayer al Concejo Municipal para que desde la comisión de Planeamiento se pida la suspensión de ese acto administrativo. Los fundamentos vertidos por las organizaciones se basaron en que el actual emplazamiento de la obra interfiere con los accesos de las vías del ferrocarril a la Estación Rosario Central, lo que a futuro no sería compatible con el funcionamiento del tren.
Si bien no se llevó a cabo una solicitud formal desde el Palacio Vasallo para que el Ejecutivo frene la licitación, la concejala del Frente Social y Popular (FSyP), Celeste Lepratti, presentó un pedido de informe para que la Secretaría de Planeamiento de la Municipalidad brinde detalles del motivo por el cual se cambió el área asignada para las playas subterráneas, según consta en la página 234 del Plan Integral de Movilidad (PIM) 2011. La primera ubicación fue consensuada oportunamente entre concejales, diversas áreas municipales y organizaciones que defienden el ferrocarril, ya que no interferían con los accesos viales.
No obstante, en 2014 fue remitido al Palacio Vasallo otro pliego en el que hubo un cambio sustancial en la ubicación de las playas, aunque en esta ocasión la modificación generó controversias.
“No estamos en contra de la construcción de las cocheras pero sí nos oponemos a un emplazamiento que impida un futuro ingreso del ferrocarril a la zona. La obra no tendría que bloquear los seis accesos que tiene la Estación Rosario Central y, por lo tanto, la playa de estacionamiento tendría que estar a un costado porque es la única posibilidad de que se pueda llegar con el tren”, explicó a El Ciudadano Rubén del Canto, integrante del Colegio de Arquitectos.
El profesional recordó que el gobierno nacional ya confirmó el acceso del tren hasta la estación Rosario Norte, por lo cual existe la posibilidad de que llegue hasta Rosario Central y que desde allí se empalme con Buenos Aires y todo el interior del país.
“Queremos que se suspenda el llamado a licitación. Incluso, en el pliego de bases y condiciones no quedó muy claro la posición del emplazamiento actual de las cocheras, por eso consideramos que tendría que corregirse”, subrayó Del Canto.
Rolando Maggi, de la Asociación Amigos del Riel, coincidió con la postura del Colegio de Arquitectos en que el emplazamiento actual interfiere con la posible actividad ferroviaria.
“En principio Celeste Lepratti hará un pedido de informe para que la Secretaría de Planeamiento se expida con una justificación técnica del por qué de la nueva localización, puesto que obstruye el paso de las vías”, señaló Maggi. Además, el referente de Amigos del Riel aseguró que la modificación contó oportunamente con una “explicación poco clara” del por entonces responsable del área municipal, Pablo Barese, al tiempo que refirió que “hoy hay un grupo importante de concejales que acompañan nuestra postura”, entre ellos, el radical Jorge Boasso y Eduardo Toniolli, del Frente para la Victoria.
Desde el bloque oficialista, el edil y ex secretario de Gobierno municipal Horacio Ghirardi, le dijo a este diario que “le sugerimos a la concejala Lepratti que antes de plantear la suspensión de la licitación requiriera un informe a la Secretaría de Planeamiento para que explique si el proyecto puede generar interferencias”.
“Algunos concejales consideramos que no habría impedimentos para el emplazamiento actual y así quedó establecido en las ordenanzas oportunamente aprobadas en donde se deja constancia que las cocheras tienen que ser compatibles con el acceso del ferrocarril”, concluyó Ghirardi.