Reconocidos cocineros de la televisión consideraron que la Ley de etiquetado frontal contribuirá a clarificar la composición de los alimentos industrializados y, que “cada consumidor decida qué hacer” a la hora de comer, a la vez que coincidieron que el mayor aporte de la norma es regular la comunicación hacia los niños para evitar que esa franja poblacional sea “un objeto de mercadeo” por parte de las corporaciones alimenticias.
“A los cocineros y cocineras no nos modifica en nada la ley, así como no lo hará respecto a un almacenero o a un bancario, porque es una ley hecha para el consumidor final y casi esencialmente para proteger a los niños y niñas”, reflexionó Narda Lepes al ser consultada sobre la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable N° 27.642, tal su denominación formal, que ordena advertir a los consumidores sobre los excesos de grasas, sodio y azúcares en los productos, con el fin de ayudar a combatir la obesidad, la hipertensión y los riesgos cardíacos.
Proteger a los niños y niñas del mercadeo
Narda sostuvo que “los y las cocineras no compramos insumos en los supermercados. La gran mayoría, lo hace a granel; yo compro azúcar, no compro galletitas. Hago las galletitas”.
La chef remarcó que normas similares ya existen en Chile, Perú, México y Uruguay, “donde –dijo– más regulaciones tiene es en la comunicación en niños y niñas para protegerlos de no ser un objeto de mercadeo”.
“Si tenés plata para contratar a (Lionel) Messi, lo que está dentro del paquete es muy barato, muy redituable. Cambiar ese ángulo genera un antes y un después, no el octógono negro, que no se pueda promocionar más teatro infantil donde la publicidad sea una golosina”, dijo.
Al ser consultada sobre si considera que las personas tenderán a cocinar más en vez de consumir productos ultraprocesados, Narda puso sus reparos. “No necesariamente la gente va a cocinar más; es hacer pero con más información. A mí me gustan los nachos y sé que van a tener etiquetas, pero yo no los como todos los días, aunque quizás hay una madre que abre diariamente un paquete pensando que no tiene ese problema, piensa que lo que está comiendo está del lado del bien”, explicó.
Esa sensación de creer que se está comiendo algo saludable, “por una etiqueta confusa o por los dibujos mientras, quizás, no leyó los ingredientes, ahora, con este etiquetado, se va a dar cuenta que el primer ingrediente es harina y el segundo es azúcar”.
Las multinacionales ya tienen un plan para diversificar sus productos
Frente a dudas y confusiones de personas que le hacen llegar sus comentarios a Narda sobre la ley, la cocinera aclaró que “los productos ultraprocesados no van a desaparecer”.
“¿Esto va a hacer que muchos productos cambien su fórmula? Sí, probablemente. Pero no la raíz productiva del país. Quiere decir que una empresa que produce un producto no va a dejar de hacerlos y ponerse a vender lechuga”, dijo.
Respecto a las golosinas, la cocinera consideró que “van a seguir existiendo, y la gente va a seguir consumiéndolas”.
Según su visión, hay que ver qué pasó en el mundo, “en algunos lugares bajó el porcentaje de obesidad, en otros no, pero no desaparecieron productos”.
Sobre esta discusión que se dio en la sociedad y llevó, a través de la política, a tomar forma en una ley y ser aprobada en el Congreso, “las empresas multinacionales ya lo sabían, porque realizan mercadeo a nivel internacional y ya tienen un plan para diversificar sus productos”.
En cuanto a si considera que la normativa es suficiente para lograr una reeducación alimentaria en la población, Narda admitió que no, “pero es un comienzo, nunca una ley va a cambiar la forma de alimentarse de una población de un día para el otro, pero por algún lado hay que empezar”.
La norma no modificará sustancialmente la alimentación pero será un aporte
Por su parte, Juan Braceli, del programa televisivo <Cocineros Argentinos<, coincidió al igual que su compañero, Juan Ferrara, que la norma “no modificará sustancialmente” su manera de comunicar la gastronomía ni la cocina diaria, pero será un aporte.
“Ayudará a que todo esto funcione de una manera más clara y uno no se tenga que poner siempre en el lugar de aprender a leer la etiqueta, lo que dice es que lo que le vas a dar a tu hijo o hija no está tan bueno como parece y vas a poder elegir, nadie te obliga a nada”, dijo Braceli.
La nueva norma, que fue promulgada el viernes pasado mediante el Decreto presidencial N° 782/2021, deberá ser reglamentada en un plazo de 90 días, a contar desde ese día. Establece la incorporación en el frente de los envases de los productos ultraprocesados una etiqueta negra de forma octogonal, con letras blancas, donde se advierta sobre el exceso de nutrientes críticos para la salud, como azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías.
Además, determina que los productos que contengan entre sus ingredientes edulcorantes o cafeína tendrán que informar que su consumo no se recomienda en niñas y niños.
Por otra parte, la norma establece la prohibición de emitir publicidad comercial –dirigida a niños, niñas y adolescentes– de productos con sellos de advertencia y determinar que los productos que tengan más de un sello de advertencia no podrán incluir dibujos animados, personajes, figuras públicas, regalos ni elementos que llamen la atención de niños, niñas y adolescentes.
Y ordena que esa publicidad no pueda ser utilizada en eventos infantiles ni comercializada en escuelas.
La expectativa que se cambie la manera de producir alimentos en el país
Al respecto, Braceli consideró que “está buenísimo que en la escuela no se permita una serie de productos. Los chicos ven a su ídolo y quieren comprar eso, nos pasó a nosotros cuando éramos chicos y así funciona la publicidad”.
Sobre las expectativas de la aplicación de la ley, el cocinero manifestó su deseo de que “todo esto vaya más allá, que no sea solo para que vos elijas qué querés o podes consumir, sino que a la larga se modifique la manera de producir alimentos en la Argentina, creo que ese es el punto”.
“Ojalá puedan ver que se puede producir con menos azúcar, menos grasas y acercarse a la salud «posta» (sic), y que eso también sea un negocio rentable”, dijo.
En igual sentido, Juan Ferrara, reflexionó que la norma “ayudará a generar más conciencia en los cocineros”.
“Si bien los cocineros profesionales están más en contacto con los productores y no tanto con la industria, también genera una conciencia para poder tener más información y ofrecer productos más saludables a los consumidores asiduos a los restaurantes”, dijo.