Menores, pegamento y alcohol, un cóctel altamente peligroso y muchas veces fatal es el que encontraron agentes de la Guardia Urbana Municipal durante un allanamiento realizado cerca del mediodía de ayer en una sala juegos trucha ubicada en el barrio Toba.
Después de recibir una buena cantidad de llamados de vecinos durante el último fin de semana, personal de la GUM y de la Subsecretaría de Seguridad municipal se presentaron alrededor de las 11 en una vivienda familiar de Pasaje 1850 y Maradona, a la altura de Rouillón al 4400, donde funcionaba una sala de juegos sin habilitación municipal y con múltiples irregularidades.
En el lugar había seis menores de edad, de entre 12 y 16 años, quienes se encontraban jugando en las máquinas electrónicas y en un pequeño pool. Todos estos elementos fueron secuestrados, informó el titular de la GUM Mariano Savia en diálogo con El Ciudadano. “También nos incautamos de doce botellas con diferentes bebidas alcohólicas”, añadió el funcionario, quien sin embargo resaltó que lo más preocupante fue haber hallado 72 blísters de pegamento de contacto, material que los jóvenes suelen usar para drogarse.
“Se procedió a la clausura de manera inmediata de este lugar, que se encuentra en condiciones edilicias lamentables, muy precarias, y se presentó una denuncia penal contra el encargado y morador de la vivienda, un adulto de unos 55 años”, señaló Savia, quien señaló además que este “comercio” había ocasionado innumerables reclamos de los vecinos porque se cobraba peaje para pasar por el lugar y se desataban riñas.
El funcionario municipal reconoció que “existe una gran preocupación” por la proliferación de este tipo de negocios en domicilios particulares. “Abren y cierran de un día para el otro y desquician a todo un barrio. Es una simple economía casera, en la que una persona recibe dinero de alguna indemnización y entonces compra productos, alquila máquinas de videojuegos, le suma venta de alcohol, y así se lanza a un emprendimiento a todas luces irregular”, expresó Savia, quien aseveró que de esta manera “de la economía informal se pasa rápido a lo ilegal”.
Asimismo, el titular de la GUM aclaró que, a diferencia del caso de ayer en el barrio Toba, donde hallaron pegamento listo para ser comercializado, “no es común” encontrar esta sustancia durante los diversos operativos que se realizan en este tipo de negocios.