El gobierno municipal presentó ayer los detalles del proyecto de reordenamiento urbano de los sectores de la ciudad más alejados del centro, que son los que faltaban actualizar y totalizan nada menos que el 75 por ciento de la superficie de Rosario.
La iniciativa será girada hoy mismo al Concejo Municipal para que comience en breve a debatirse allí. Este espacio que pretende regularse ocupa, a grandes rasgos, desde calle Marull (al norte), las vías del ferrocarril Belgrano (al oeste) y bulevar Seguí (al sur) hacia los límites del municipio. El proyecto será tratado por los ediles en conjunto con el que regula el llamado Segundo Anillo Perimetral, que había sido cursado a ese cuerpo hace quince días. Con esta movida, el Ejecutivo local completa el proceso de revisión y reforma de los contenidos del Código Urbano en toda la ciudad para reemplazar así el vigente, que ya tiene 45 años (fue sancionado en 1967).
Luego de que en 2008 se hicieran más estrictas las reglas para la construcción en altura del centro y macrocentro de la ciudad (radio comprendido por bulevar 27 de Febrero, Vera Mujica, avenida Del Valle y el río), en las últimas semanas llegaron al Concejo los nuevos ordenamientos para el resto de la ciudad. Hace 15 días había ingresado al Palacio Vasallo el del Segundo Anillo Perimetral. La actualización regulatoria de uso de tierra y edificación comenzaba a ampliarse así con ese envío hacia los límites que imponen (a grandes rasgos) la calle Marull al norte, las vías del ferrocarril Belgrano al oeste y bulevar Seguí al sur. Ayer, el Palacio de los Leones terminó de completar la propuesta de reordenamiento urbanístico para toda la ciudad con el envío del Plan para los Cordones Perimetrales, que comprenden desde dichas arterias hacia “afuera”, a los límites del municipio.
Todo junto
El proyecto del Segundo Anillo prácticamente no había comenzado a tratarse en el legislativo local, por lo que ahora se abordará junto con el de los barrios más periféricos, una “deuda” que reclamaban varios ediles opositores.
La iniciativa presentada ayer en un acto encabezado por la intendenta Mónica Fein legisla sobre un área extensa y heterogénea que abarca las tres cuartas partes del territorio rosarino. Incluye barrios “acomodados” como Fisherton o Alberdi, otros incipientes como San Eduardo y, también, vastos sectores históricamente postergados de la zona sur, oeste y noroeste. A diferencia del casco céntrico, allí cobran relevancia, además de los topes en la edificación, nuevas áreas productivas, industriales y de reserva (que no pueden ser urbanizadas).
El secretario de Planeamiento, Pablo Barese, explicó que la idea en este caso es ordenar los usos de la tierra. Por ejemplo, se buscará darle solución a situaciones conflictivas que suelen presentarse en la periferia entre sectores residenciales y las actividades productivas.
Comercios concentrados
Además, entre otros aspectos, se propicia concentrar la radicación de comercios sobre las principales avenidas. Otro eje, destacaron los funcionarios, es proteger las márgenes de las cuencas de los arroyos que atraviesan la ciudad, como el Saladillo y el Ludueña.
Respecto de las alturas, el esquema es similar al utilizado para el Segundo Anillo. Es decir, en el interior de los barrios (áreas residenciales) se mantendrá el tope en la construcción en torno de los 10 metros. Estos espacios representan alrededor del 75 por ciento del nuevo espacio regulado de los cordones perimetrales, donde no se podrá levantar más de una planta baja y dos pisos.
En las avenidas (que representan cerca del 5 por ciento de todo el sector) los límites serán más flexibles: podrán llegar a 6, 10 o 12 pisos, según el caso. La altura mayor estará permitida sobre el bulevar Oroño entre Uriburu y Batlle y Ordóñez, donde se consentirá edificar hasta 16 pisos. La idea aquí es que empresarios se interesen en seguir renovando ese tramo tras el impulso dado por la instalación del Casino City Center.
El proyecto, a su vez, establece que de las 17.800 hectáreas sobre las que se expande hoy Rosario, un 15 por ciento (la mayoría en la zona sudoeste) quedará configurada como zona de reserva no urbanizable. Muchos de estos espacios están ocupados hoy por asentamientos irregulares. Otras 1.280 hectáreas serán destinadas a usos productivos, logísticos y de servicios.
Protección patrimonial
Por último, la intendenta también señaló que, junto con este proyecto, se enviará un catálogo de viviendas de valor patrimonial relevadas en esos sectores, las que ascienden a mil unidades, muchas de las cuales están ubicadas sobre la avenida del Rosario.
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