Colectivos ambientales y funcionarios de la Municipalidad de Rosario coincidieron este martes en que el fallo de primera instancia dictado por la Justicia entrerriana, que rechazó el reclamo de propiedad sobre 807 hectáreas en islas por parte del empresario Enzo Mariani, es un primer paso para recuperar ese territorio público que es parte del Legado Deliot y usurpa el ganadero.
Las novedades sobre esas tierras públicas en el humedal, en la isla Charigüé cerca de la conexión vial a Victoria, se compartieron en una reunión convocada en el Palacio de los Leones de la que participaron organizaciones que promueven la conservación de los humedales y, algunas de ellas, ya habían denunciado a Mariani por intervenciones ilegales en las islas, como la construcción de terraplenes que modifican el patrón de escurrimiento de aguas y ponen en riesgo la flora y lafauna.
El secretario de Gobierno, Gustavo Zignago, la subsecretaria Legal y Técnica, Juliana Conti, junto al equipo de abogados y abogadas de la Dirección de Asuntos Jurídicos del municipio, mantuvieron una reunión con integrantes de la Comisión Multisectorial Legado Deliot.
El secretario de Gobierno, Gustavo Zignago, remarcó que desde la Municipalidad se sostiene «la defensa sobre los humedales y de las 807 hectáreas del Legado Deliot en las islas que ilegítimamente ocupa y explota» Mariani, dueño a la vez de la guardería náutica Henry Morgan, en La Florida. “La justicia de Entre Ríos falló a nuestro favor, el juez nos dio la razón y entendió que no se cumplían los requisitos legales para lo que solicitaba el empresario”, agregó el funcionario a modo de resumen.
La resolución fue dictada por el juez de primera instancia Luis Francisco Márquez Chada. Rechazó la pretensión del ganadero porque las pruebas que presentó no acreditaron sus dichos ni sus pretendidos derechos. El fallo señala que Mariani alega ocupar las tierras durante un plazo que no pudo acreditar, que además no pagó impuestos de manera periódica –condición para reclamar posesión por usucapión– y los testigos que ofreció sobre la supuesta compra de los terrenos fueron dubitativos, confusos y contradictorios. Es decir, no pudo demostrar la posesión continua, pública y pacífica de lo que reclama.
Desde las organizaciones ambientales, que desde hace años denuncian las usurpaciones, los endicamientos ilegales en el humedal y las quemas indiscriminadas de pastizales por las que la Justicia entrerriana, el año pasado, llamó a declara a Mariani entre otros ganaderos, celebraron el fallo del juez Márquez Chada. «Es un primer paso para lograr la recuperación de todas las hectáreas del Legado Deliot, y para avanzar en la protección de esta parte de los humedales del Delta del Paraná», coincidieron los colectivos.
“Estábamos bastante huérfanos de información en cuanto al avance de estas causas judiciales, y todo lo que nos contaron pone un poco más de luz y nos brinda más detalles”, agregaron.
Las 807 hectáreas de islas que ocupa ilegalmente Enzo Mariani forman parte de las 1.754 hectáreas que pertenecen a Rosario por haber sido legadas por el empresario Carlos Deliot luego de su fallecimiento, en 1944.
Los Tres Cerros y la Comisión
La Comisión Multisectorial Legado Deliot fue creada en 2013 y está conformada por organizaciones socioambientales de la ciudad. Entre ellas, El Paraná No se Toca, Asociación Rosarina de Pesca con Mosca, Taller de Comunicación Ambiental, Friday For Future, Mundo Aparte, la Multisectorial Ley de Humedales y el Taller Ecologista. También participan la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad nacional de Rosario y el Observatorio Ambiental de la UNR, además de la Municipalidad.
La comisión tiene como objetivo principal la preservación y el cuidado de la Reserva Municipal Los Tres Cerros, creada por el Estado local, bautizada así en homenaje a las poblaciones que habitaron las islas antes de la llegada de los conquistadores españoles. El nombre hace referencia a los montículos de tierra construidos por los pueblos Chaná, habitantes originarios del Delta que ocuparon los sectores naturalmente elevados de las islas, como albardones y médanos, pero también construyeron elevaciones –los cerros o cerritos aludidos– para sus asentamientos y el entierro de sus muertos.
