Invictas desde el 92 en los Juegos Olímpicos, la selección femenina de Estados Unidos se llevó su octavo oro consecutivo tras un emocionante y reñido partido contra Francia, que culminó con un ajustado 67-66 en la final de París. El encuentro, que tuvo lugar en el Accor Arena, fue una batalla intensa, marcada por la física del juego internacional y una atmósfera electrizante que mantuvo a todos al borde de sus asientos. Diana Taurasi se quedó con su sexto oro olímpico seguido, inédito.
Desde el inicio, el partido fue una lucha titánica. A pesar de que el equipo estadounidense comenzó con una ligera ventaja, Francia no tardó en demostrar que no iba a ser un rival fácil. Con un tercer cuarto que vio a las francesas tomar la delantera gracias a un impresionante inicio de 8-0, el Team USA se vio obligado a reaccionar. A’ja Wilson, quien fue la estrella del encuentro con 21 puntos y 12 rebotes, se erigió como la figura clave para mantener a su equipo en la pelea, realizando varias jugadas defensivas cruciales que revitalizaron a las estadounidenses.
El último cuarto fue un verdadero espectáculo de baloncesto. Con el marcador empatado y la tensión en aumento, Gabby Williams se convirtió en la heroína del momento al anotar un crucial tiro de dos puntos que colocó a Estados Unidos al frente. Sin embargo, la respuesta de Francia fue inmediata, y Marine Johannes, con su habilidad para anotar desde el perímetro, mantuvo a su equipo en la contienda, llevando el partido a un final apretado. Con menos de un minuto en el reloj, el juego se convirtió en un tira y afloja, donde cada posesión contaba.
Las estadounidenses tenían una ventaja de tres puntos cuando las francesas devolvieron el balón a la cancha a 3,8 segundos del final. La mejor jugadora de Francia en el día, Gabby Williams, recibió el balón y avanzó por la cancha. Cuando Williams se acercaba a la línea de tres puntos, lanzó un tiro en carrera y pegó en el cristal justo cuando sonaba la bocina. Pero, increíblemente, su pie estaba justo en la línea, por lo que solo contó como dos.
A pesar de la presión, el equipo estadounidense mostró su experiencia y determinación. Diana Taurasi, quien logró su sexto oro olímpico, se convirtió en la jugadora más condecorada en la historia del baloncesto olímpico, un testimonio de su legado en el deporte. La veteranía de Taurasi y la energía de Wilson fueron determinantes en los momentos críticos del partido, donde la capacidad de convertir tiros libres y mantener la calma bajo presión se volvió esencial.
Finalmente, el pitido final selló la victoria para Estados Unidos, que extiende su racha ganadora a 61 partidos consecutivos en los Juegos. Este triunfo no solo reafirma su dominio en el baloncesto femenino, sino que también añade otro capítulo emocionante a la historia olímpica.