El 3 de junio, luego de la multitudinaria marcha en Rosario por el cuarto aniversario del grito Ni Una Menos contra la violencia machista y los femicidios, en la esquina de San Martín y San Luis una integrante del colectivo de fotógrafas La Hoguera, Ornella Avedikian, que había participado de la movilización y portaba de forma visible su pañuelo verde, fue agredida verbal y físicamente por una mujer. La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito condenó, en un comunicado, la acción de sectores que incentivan la violencia de género y que producen, señala el texto, hechos como el mencionado.
El colectivo de mujeres encuadra la agresión a Avedikian como una forma de amedrentamiento por llevar el pañuelo símbolo de lucha por la legalización del aborto voluntario. Destacan que esa agresión le causó a la víctima «serio daño físico y emocional, del que todavía intenta recuperarse».
La denuncia por el ataque fue radicada, con el acompañamiento de la Campaña, en el Centro Territorial de Denuncias del Distrito Centro de Rosario.
«Este no es el primer hecho de esta naturaleza que se registra en el país y en nuestra ciudad. A lo largo de la historia, los sectores que se oponen a la legalización del aborto se han caracterizado por obstaculizar proyectos y leyes que amplían derechos, en especial de las mujeres y disidencias, y llevar a cabo prácticas antidemocráticas, motivo por el cual los hemos denominado, con absoluta precisión, antiderechos», recrea el comunicado el contexto hostil en el que avanza la pelea por los derechos.
Las embestidas simbólicas contra las protagonistas y los ejes de las movilizaciones, sigue el colectivo del Encuentro, son causa de la materialización de consecuencias violentas: «Responsabilizamos a los sectores antiderechos y fundamentalistas religiosos, especialmente a sus jerarquías eclesiásticas, por la violencia en aumento, promovida e incentivada por representantes de las Iglesias a través de su discurso de odio contra las y les activistas feministas. En distintas oportunidades, el jefe de la Iglesia católica llamó asesinas a quienes abortamos y quienes luchamos por el derecho al aborto legal, y nos comparó con sicarios y genocidas, fomentando y legitimando la violencia de la que estamos siendo víctimas».
El documento recuerda que «los derechos sexuales y reproductivos son derechos humanos. Poder decidir sobre nuestros cuerpos sin arriesgar la vida y la libertad es un derecho humano. Estamos juntas y nuestras convicciones son firmes. El año pasado, escuchamos a miles de mujeres, a nuestras abuelas, tías, madres y amigas contar sus experiencias de aborto por primera vez. Por ellas, por nosotras y por todas y todes, al clóset del aborto clandestino e inseguro no volvemos nunca más. Ya logramos la despenalización social del aborto y sabemos que, con el apoyo de millones de personas, ¡será ley!».
El comunicado, a la vez, interpela a las autoridades políticas y judiciales para que se esclarezca la agresión del pasado 3 de junio. Reclaman que se identifique y sancione a la agresora de Ornella, para evitar que se repita.
Cómo denunciar, y dónde
En ese sentido, aporta herramientas para denunciar hechos como el repudiado. En particular, pone a disposición una guía de recursos de atención gratuita de situaciones de violencia o discriminación elaborada por las integrantes del Programa Género y Sexualidades de la Facultad de Derecho de la UNR.