En parte por el boom sojero, aunque también por la urbanización y la falta de modernización de las técnicas de producción, el cinturón verde de Rosario –conjunto de quintas dedicadas a la frutihorticultura– se redujo desde 2003 al año pasado en la mitad. Esto significó que la ciudad sólo obtiene un 25 por ciento de las verduras de las huertas que la rodean. De los 50 espacios productivos que brindaban verduras –en su mayoría de hoja– a los mercados de Concentración de Fisherton y de Productores en 2003, hoy sólo quedan 28 y, según las previsiones de la Secretaría de Producción municipal, este número continúa bajando con el tiempo. En septiembre del año pasado el director del Programa Alimentario de esta repartición, Roberto Llanes, explicó a El Ciudadano: “La agresión principal que sufre el cordón, el tipo de producción y los productores es la que proviene de la producción extensiva de soja, trigo y alfalfa. El boom destrozó a la producción frutihortícola de la periferia de Rosario”.