Leonardo Gil dejó Central en diciembre para vestir la camiseta del Al Ittihad de Jeddah, un equipo de Arabia Saudita, al cual se fue “buscando la posibilidad de pegar el salto económico”. Y allí se encuentra desde que se marchó de Arroyito, cumpliendo con el aislamiento obligatorio de 30 días que dispuso el gobierno local. Tras el anuncio de la suspensión del torneo, en que el Colo jugó 8 partidos, metió un gol y dio una asistencia, decidió que era momento de volver para poder cumplir la cuarentena en Argentina. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos aún no lo pudo conseguir y desde suelo árabe, en una entrevista con Clarín, contó los planes frustrados del retorno y cómo piensa regresar.
“Estamos esperando que la Federación defina cuándo se volverá a jugar. Si es en agosto o en septiembre, no me puedo quedar 3 o 4 meses más acá. Estoy pidiendo lo que me corresponde y haciendo un esfuerzo muy grande de mi bolsillo”, afirmó Gil.
El ex Talleres se encuentra en Corniche, una zona costera de Jeddah, a orillas del Mar Rojo. Cuenta que hace un mes está en aislamiento preventivo obligatorio. “El presidente del club nos dio permiso para poder retornar a casa”, afirmó. Por eso comenzó con los trámites para regresar.
“Es un derecho que tengo como ciudadano volver a mi país. Soy una persona que está tratando de regresar por sus propios medios. No estoy pidiendo un favor, solo un simple papel”, destacó el volante de 28 años.
“Me comuniqué con la Cancillería, me dijeron que hay que solicitar un permiso a la ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil). Hablé con un señor llamado Federico Franceschini. Quedó en comunicarse conmigo, pero fue hace 7 días y no tengo respuestas. Y ahora me dicen que no me pueden autorizar”, enfatiza el mediocampista nacido en Río Gallegos.
“Sé que estaban repatriando 700 argentinos por día. También, que volvieron de Estados Unidos, de México, de España… Estoy un poco más lejos, lo entiendo. Pero había comprado un pasaje de Jeddah a París que me costó 4 mil dólares. De ahí, me trasladaba a San Pablo en otro avión por el que tuve que pagar 1.600 euros. Y de Brasil podía moverme hasta Ezeiza en un vuelo privado. Le mandé las fotos con todos los tickets a la Cancillería, pero no me consiguieron la autorización. Entonces, perdí los pasajes y el dinero. Hoy se fue Bruno, un compañero mío que es brasileño. Pero él tiene pasaporte europeo. Yo no podía arriesgarme a llegar a Francia sin permiso y quedarme varado allá como muchos argentinos”, continuó contando el jugador que se consagró campeón de la Copa Argentina con el elenco canalla en 2018.
Mientras entrena para no perder ritmo, se comunica con su familia que está en Argentina por videollamada y come chocolate cuando se angustia. “Los extraño. Es muy difícil estar solo. Paso despierto toda la noche porque acá hay 6 horas de diferencia. Me quedo hasta las 5 o 6 de la mañana hablando con ellos, me duermo de día”, contó.
El próximo domingo cuatro futbolistas brasileños que juegan en diferentes equipos de Arabia van a tomar un vuelo privado directo a San Pablo. Por eso el Colo insiste en conseguir el permiso del Gobierno argentino para poder ingresar.
“Me siento desilusionado. He mandado todo lo que me pidieron, me comuniqué con la gente que corresponde, respetando al Presidente, a la Constitución, puse todo en claro los vuelos, la conexión, dónde tenía pensado hacer la cuarentena, el domicilio de mi señora… Uno está con las pulsaciones a mil, pero siempre me dirigí con respeto. La verdad, me siento un poco solo”, cerró el Colo Gil.