Activistas de Amnistía Internacional colocaron este domingo frente al Congreso nacional 400 pequeños atados de perejil y otras hierbas utilizadas precariamente para la inducción de abortos que pueden terminar en muerte, a los que nombraron «ramos de la deshonra», destinados a los legisladores por no haber comenzado a debatir los proyectos de despenalización y legalización del aborto.
«Si se puede debatir la reforma judicial, se puede debatir la despenalización y legalización del aborto», dijo a Télam la directora ejecutiva de Amnistía Internacional, Mariela Belski, en la víspera del Día de Acción Global por el acceso al Aborto Legal y Seguro que se conmemora cada 28 de septiembre en todo el mundo desde 1990.
«Queremos dar un mensaje a nuestros legisladores de que es necesario que se debata la despenalización y legalización del aborto en la Argentina tal como lo prometió el presidente Alberto Fernández en su discurso de inicio de las sesiones ordinarias de este año, y si bien ya hay un proyecto presentado que es el de la Campaña y otro del Ejecutivo en elaboración, la decisión de ponerlo en el debate en el 2020 es política», dijo.
La activista que este domingo por la mañana coordinó la acción en el Congreso explicó que así como se dejan ofrendas florales para homenajear a los grandes hombres y mujeres en los lugares que los representan, en este caso se trata de «ramos de la deshonra», porque «todavía hay muchas mujeres, niñas, adolescentes y personas con capacidad de gestar que siguen abortando en la clandestinidad» con el riesgo que esto implica, porque los legisladores no se deciden a debatir el proyecto de aborto legal, seguro y gratuito.
La sanción de esta ley «permitiría evitar más muertes y evitar que usen estos métodos para realizar abortos porque no pueden realizarlos en clínicas privadas» y terminan recalando en «consultorios clandestinos», lo que hace que «muchas veces termine muriendo» ,añadió.
Belski cuestionó que los legisladores «tengan tiempo para debatir la reforma judicial que también genera movilizaciones multitudinarias en la calles» en tiempos de cuarentena, «pero no tienen tiempo para temas que preocupen a las mujeres que siempre somos postergadas en las prioridades de la agenda política», aun en casos como éste, donde «una postergación implica más muertes».
La activista aseguró que ni el peligro de aglomeración en las calles ni la concentración de todas las fuerzas del sistema de salud en la gestión de la pandemia son argumentos válidos para dejar de debatir el proyecto.
Respecto a evitar que la «marea verde» vuelva a ganar las calles para asegurar las medidas de aislamiento social propias del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, Belski señaló que «hay un montón de cosas que se pueden hacer para que el debate se dé como corresponde» a estos tiempos de pandemia «y el movimiento feminista va a respetarlo porque lo que las activistas queremos es que la ley salga y no habría por qué violar una normativa del gobierno que se compromete a votar un proyecto así».
Instituido a partir del V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe de 1990, el Día de Acción Global por el acceso al Aborto Legal y Seguro se conmemora el 28 de septiembre de cada año para exigir a los gobiernos la legalización del aborto para evitar que millones de mujeres en el mundo sigan muriendo por prácticas inseguras.
Según datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), aproximadamente un 8% de las muertes maternas se deben a abortos en condiciones de riesgo.