La Justicia colombiana investiga el hallazgo de una fosa común en la localidad de Dabeiba, en el departamento norteño de Antioquia, donde sospechan que hay más de 50 civiles víctimas de ejecuciones extrajudiciales, más conocidas en el país como «falsos positivos».
“Se presume que en el cementerio de Dabeiba se encontrarían los restos de más de 50 personas presentadas ilegítimamente como bajas en combate”, afirmó la Justicia Especial para la Paz (JEP) en un comunicado.
El tribunal especial, surgido del acuerdo de paz firmado entre el gobierno y la antigua guerrilla de las Farc en 2016, precisó que las víctimas tenían entre 15 y 56 años, vivían en Medellín –capital de la región–, y algunas de ellas estaban aparentemente “en condición de discapacidad”.
Los supuestos “falsos positivos”, eufemismo usado en Colombia para referirse a los asesinatos de civiles efectuados por militares para pasarlos luego como guerrilleros muertos en combate y obtener beneficios, estaban enterrados en el cementerio Las Mercedes de Dabeiba.
Hasta la fecha, fueron exhumados allí “siete cadáveres completos de presuntas víctimas de estos hechos”, detalló la JEP citada por la agencia de noticias EFE.
También se recuperaron “numerosas estructuras y fragmentos óseos de otras posibles víctimas” que serán identificados por Instituto Nacional de Medicina Legal.
Las pesquisas de estos hechos, que nunca habían sido investigados por la Justicia ordinaria, se iniciaron después de que un ex miembro del Ejército afirmara “tener conocimiento de muertes ilegítimamente presentadas como bajas en combate por parte de agentes del Estado”.
De momento, la Fiscalía colombiana investigó cerca de 5.000 casos de “falsos positivos”, cometidos entre 1988 y 2014, que implican a unos 1.500 militares.
Los pocos condenados por estos crímenes son en su mayoría soldados o suboficiales, pero no oficiales de alto rango.
La JEP, por su parte, abrió una investigación para esclarecer estos delitos cometidos durante el conflicto armado del país, en la que acreditó a cerca de 400 víctimas, recibió 17 informes de diferentes organizaciones y el testimonio de 160 ex integrantes de la fuerza pública.
En la zona de Dabeiba, ubicada en los límites de la estratégica región agroindustrial de Urabá, fueron muy activos en las décadas pasadas varios frentes del Bloque José María Córdova de las Farc que buscaban tener el control de ese territorio.
Pese a la desmovilización de esa guerrilla en 2016, la violencia en la zona no ha cesado.
Un ex guerrillero desmovilazado de las Farc fue asesinado a tiros por desconocidos el viernes también en Antioquia, lo que eleva a 19 la cifra de ex combatientes ejecutados en ese departamento colombiano desde la firma del tratado de paz.
El crimen ocurrió el viernes a la tarde en las inmediaciones del Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación del municipio de Ituango, cuando hombres armados dispararon a Manuel Antonio González mientras se desplazaba en motocicleta, reportó el diario El Tiempo.
González era hijo de Elmer Arrieta, un antiguo dirigente guerrillero y ex candidato a la Asamblea de Antioquia por el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (Farc), y llevaba tres años en su proceso de reincoporación a la vida civil.
El asesinato fue condenado en las redes sociales por el director nacional y distrital del partido, Sergio Marín, quien exigió al presidente Iván Duque detener “la masacre contra los firmantes de paz”.
A nivel nacional, desde el inicio del proceso de paz en noviembre de 2016 y hasta el 8 de julio de este año, la Fiscalía de Colombia ha contabilizado el homicidio de 187 ex miembros de las Farc desmovilizados.