Sigue de mala la Lepra. Le cuesta levantar cabeza y ni siquiera puede inquietar a rivales que no se presentan tan temibles. La sensación es que Newell’s hace más para perder que para ganar. Y un error en defensa termina siendo una herida mortal.
Error de planteo. Poco peso en ataque. Distracciones defensivas, especialmente por la vulnerable espalda de Valenzuela. Y escasos recursos para inquietar. Un combo lapidario para un Llop que empieza a mostrarse preocupado. Y tiene por qué.
El primer tiempo tuvo un rato de estudio. Pero no del rival, sino del campo de juego. Un terreno impresentable que hizo pensar a todos que era mejor jugar por arriba y no arriesgar.
Pero Newell’s sorprendió con una combinación rápida por abajo, Sarmiento habilitó a Leal y el portugués remató cruzado y muy cerca del palo. El propio Leal aprovechó otro buen pase de Leyes y provocó un tiro libre cerca del área, que Sarmiento dilapidó.
Pero ese veranito de la Lepra duro 15 minutos. El equipo perdió la pelota y los pelotazos al portugués fueron una gentileza para que el Globo ganara en confianza.
Y los amagues del local llegaban siempre por el lado de Pusetto, aununcaal rápido extremo quemero le faltó siempre terminación de jugada.
El partido se hizo aéreo. Para evitar errores de una cancha que amenazaba con hacerle una mala jugada a los defensores de uno y otro lado. Y en la lucha de arriba Paz y Bianchi ganaron bastante ante Ábila y Coniglio, pero se condicionaron con amonestaciones.
El cero a cero le quedaba justo al partido. Pero Newell’s tuvo un pecado de juventud y lo pagó caro. Joaquín Torres no pudo despejar una pelota y Pusetto anticipó a Valenzuela de cabeza para el 1-0.
El inicio del complemento se encontró con la rápida lesión de Sarmiento. Aunque el ingreso de Opazo complicó a una defensa que se sentía cómoda.
Y empezaron las dudas. Joaquín Torres reventó el travesaño y Nervo casi anota contra su valla. Pero esa ventisca no alcanzó para llegar al empate.
Fertoli se cayó en dos ataques de riesgo y no pasó mucho más. Se fue el partido y se consumó la derrota. Y la preocupación se agranda.
El Newell’s osado que piensa Llop cada día se muestra más inofensivo. Y si no reacciona, el semestre puede hacerse largo y oscuro.
