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Comenzó a funcionar una planta industrial para ir de las botellas descartadas a las viviendas

Es en la localidad de Santa María, en Santiago del Estero, a partir de un convenio entre el Conicet y el gobierno provincial. La iniciativa es de triple impacto: ambiental, social y productivo. Ya tienen optimizado todo el proceso y buscan incrementar la recolección de materia prima

Envases de un solo uso que contaminan, por ejemplo, las botellas de PET. ¿Y si se pueden reciclar, encima, para atender en parte un problema grave en la Argentina como el del déficit de vivienda? Esa pregunta se hicieron en el Conicet y ahora, junto al gobierno de Santiago del Estero, le dan forma a una respuesta: inauguraron una planta de producción de ladrillos fabricados en base a  tereftalato de polietileno (PET) en la localidad de Santa María, dentro del departamento Silípica. Los impulsores de la iniciativa destacan su triple impacto: ambiental, social y productivo.

Los componentes constructivos elaborados en base a PET posibilitan la reutilización de un residuo de gran volumen y complejo tratamiento, como son las botellas descartables de polietilen-tereftalato. La tecnología utilizada permite reducir el enterramiento y la acumulación en basurales con una «basura» de alto impacto como son los envases de gaseosas, agua, aceite y otros líquidos que una vez vacías se descartan sin más. En paralelo, se trata de soluciones para el mejoramiento del hábitat y la generación de trabajo a partir de emprendimientos productivos de baja escala y gran relevancia social.

 

Todo probado y chequeado

La tecnología para la producción de ladrillos en base a PET cuenta con Certificado de Aptitud Técnica (CAT) desde 2006. “Los desarrollos tecnológicos se acompañan con estudios muy rigurosos sobre las características químicas, mecánicas y físicas del material a fin de determinar si, al usar un residuo, liberan algún tipo de contaminación al ambiente o si tiene las características físicas y mecánicas que le permite ser utilizado en la construcción“, explicó el investigador Jerónimo Kreiker, integrante del área de Nuevos Materiales dentro del Centro Experimental de la Vivienda Económica (Ceve) del Conicet.

La planta en la localidad de Sanhta María es fruto de un convenio de licenciamiento y transferencia tecnológica para la fabricación de componentes constructivos con PET reciclado que firmaron el Conicet y el Instituto Provincial de Vivienda y Urbanismo santiagueño.

La dependencia provincial trabajará junto al municipio para recolectar los materiales reciclados a través de puntos verdes instalados en varios centros de acopio. La intención es construir viviendas a partir de tecnologías innovadoras y técnicamente aptas.

El investigador Kreiker del Conicet aclaró que están necesitando un mayor volumen de PET para tener un piso mínimo de materia prima y ajustar el proceso de triturado para ir hacia una producción sostenida. “Hemos llevado muestras al Ceve para analizarlas y realizar los ensayos correspondientes para ajustar el proceso”, destacó. Y agradeció la voluntad de los equipos de trabajo para mejorar cada uno de los procesos: molienda, postura y calidad de los componentes, que ya está a unn paso de alcanzar la optimización.

 

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