El director general del Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el Banco Vaticano, Paolo Cipriani, y el vicedirector, Massimo Tulli, presentaron su dimisión, informó hoy el Vaticano.
La dimisión de ambos, que fue aceptada por la Comisión de Cardenales y la dirección de la superintendencia, se produce tras la detención el pasado viernes del alto prelado Nunzio Scarano, acusado de fraude y corrupción en una investigación sobre las supuestas irregularidades de la institución bancaria vaticana.
Su funciones recaerán en Ernst von Freyberg quien al asumir su puesto el mes pasado dijo que quiere despejar todas las sombras que empañan su reputación con una política de «tolerancia cero» frente a los delitos financieros.
Von Freyberg señaló en ese entonces que está trabajando para introducir una política de «tolerancia cero» basada en rechazar «transacciones sospechosas, clientes impropios, y en una determinación por combatir a todos los involucrados en actividades impropias».