En diciembre de 2015, Gerardo Di Cosco pagaba 15.000 pesos de luz en su panadería de zona sur. En la última boleta bimestral le llegaron 55.000. Durante el mismo período, el gas se le fue de 1.000 a 8.000 pesos. Las heladerías dependen de la electricidad como pocos comercios y a Ciro Cacciabue, titular de Bajo Cero, la boleta ya le triplica el costo del alquiler. Con este panorama, empresarios pymes, comerciantes y gremios fueron recibidos este martes por la Comisión de Producción del Concejo Municipal de Rosario y presentarán ante la Legislatura provincial un proyecto para retrotraer las tarifas eléctricas a noviembre de 2017 y que a partir de allí aumente de acuerdo a la inflación.
Di Cosco está a cargo de la panadería La Perla del Sur, en el barrio Saladillo, desde hace 30 años. El negocio había sido fundado por su abuelo. El exorbitante aumento de las tarifas no es el único contratiempo contra el que debe lidiar. En diálogo con El Ciudadano comentó que este mes la bolsa de harina de 50 kilos pasó de 300 a 440 pesos. “El pan tendría que estar por encima de los 60 pesos por kilo y cuesta entre 40 y 45 pesos”, dijo el empresario panadero, quien también se quejó de la competencia desleal con emprendimientos que fabrican pan sin registrarse como panificadoras.
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El aumento de los costos de producción no es lo único que alertó Di Cosco, quien también se sorprendió por la cantidad de pibes que llegan todas las tardes a su panadería a pedir un trozo de pan o una factura para comer. “Es algo que hacía mucho que no se veía”, dijo.
Derretidos
Rosario es la capital nacional del helado artesanal por lo que sostener la calidad de la producción excede la problemática económica y pasa a ser una cuestión de identidad. Cacciabue es tercera generación de propietarios de la cadena de heladerías Bajo Cero, fundada hace 50 años por el abuelo de Ciro. Según contó a El Ciudadano “la calidad del producto” es una de sus prioridades, pero cada vez le cuesta más caro mantenerlo frío. “El costo de la energía muchas veces triplica el del alquiler”, lanzó.
Bajo Cero cuenta con unos 15 locales, la mayoría de ellos en el Gran Rosario, y emplea a unos 40 trabajadores. A Cacciabue se le hace cada vez más difícil sostener ese plantel: “No sólo defendemos nuestras pymes, sino también las fuentes de trabajo. Nuestra empresa es familiar y el vínculo con los empleados es muy cercano”.
“Pagan la mortadela con tarjeta”
Los bolsillos flacos generan situaciones insólitas. El titular del Centro de Almaceneros de Rosario, Juan Milito, contó que hay gente que utiliza la tarjeta de crédito para comprar mortadela. “Pagan la mortadela con tarjeta y a veces hasta en cuotas. Así hacen con todo y llega un momento en el que se hace una bola que quiebra la economía familiar”, indicó el almacenero.
El centro que comanda Milito registró una caída de las ventas de un 20% en la zona céntrica de Rosario y de un 30% en la periferia. Los cierres de comercio se dan “por goteo” con una particularidad: “Aparecen muchos kioscos de ventana y verdulerías de garaje. Es gente que se quedó sin empleo estable y con la indemnización se puso su negocio”.
Buscarán sumar a otras ciudades
La reunión entre empresarios pyme, comerciantes y trabajadores se realizó en la Comisión de Producción del Concejo Municipal de Rosario. Al finalizar, concejales peronistas presentaron una iniciativa, reclamando a la Legislatura que declare la emergencia tarifaria. El concejal Eduardo Toniolli señaló a El Ciudadano que el objetivo primario es que “concejos de otras ciudades de la provincia presenten el mismo proyecto”, para que la legislatura tome nota de la situación. El proyecto solicita a la EPE retrotraer la tarifa eléctrica a diciembre de 2017, fijar como tope máximo de actualización de los cuadros tarifarios para este año la pauta inflacionaria de 17% establecida en el actual presupuesto provincial y suspender de manera inmediata los cortes por falta de pago por 60 días.