Incertidumbre. Es la sensación que predominó en el sector productivo y comercial de la provincia y la ciudad desde el lunes, en medio de la crisis política y económica que originó el último sábado la renuncia del ex ministro de Economía Martín Guzmán. Falta de precios de referencia, nuevas listas, y especulaciones con los stocks, fueron los primeros reflejos de proveedores y comerciantes ante los cambios bruscos en los dólares paralelos. Y subas, como las que en las semanas anteriores venían dándose al calor de un 60 por ciento de inflación interanual.
En algunos rubros consideran que en realidad lo ocurrido durante el fin de semana no hizo más que echar más combustible el fuego que ya se había propagado durante la semana pasada, cuando las cotizaciones paralelas de la divisa estadounidense habían alcanzado récords históricos en Argentina, en sintonía con un supuesto atraso del billete verde con respecto al costo de vida.
Mientras Silvina Batakis tomaba contacto por primera vez como ministra de Economía con Alberto Fernández este lunes, los comercios locales arrancaban la semana sin demasiadas precisiones sobre lo que podría venir. Lo cierto es que los cimbronazos más importantes se hicieron sentir el lunes, cuando el dólar blue rozó los 280 pesos. Ya durante el martes se ubicó alrededor de 255, un valor que sostenía este miércoles (incluso por debajo) y si bien la cotización reflejó una importante baja, sigue siendo un valor muy por encima del que mostró durante el cierre del último viernes, cuando quedó cerca de los 240 pesos y ya era récord.
Una de las observaciones parciales que puede hacerse luego de transcurrida la mitad de la semana es que los consumidores aprendieron a convivir con este nivel de volatilidad y falta de certeza, agravada eso sí por la renuncia de Martín Guzmán. Parte de esto se puede verificar con los testimonios de los mismos comerciantes y empleados, quienes reconocieron que desde el domingo en shoppings, sobre todo en el rubro electrodomésticos o indumentaria, la gente se volcó a los locales para hacer alguna compra antes de que las remarcaciones, eventualmente, vuelen a mayor ritmo que el que ya traían.
De hecho, particularmente en esos dos rubros, la mayoría de consultas a vendedores tenían que ver con las formas de financiación. Por el momento, los locales mantienen Ahora 12 y otros planes de pagos en tarjetas. Algunos, prefirieron directamente no comercializar sus productos al no saber a qué precio podrán reponer la mercadería.
Inercia en supermercados
Uno de los primeros consultados por El Ciudadano sobre la situación fue el presidente de la Cámara de Supermercados y Autoservicios, Sergio López, quien recordó que los retoques más importantes en productos de primera necesidad ya se dieron la semana pasada, en el orden del 10%.
“Desde el lunes algunas empresas no despachaban mercadería y se mantenían expectantes sobre cómo se iba desarrollando la cuestión cambiaria; otras directamente enviaron nuevas listas con remarcación, puntualmente las que están más afectadas al tipo de cambio como las del rubro limpieza, perfumería y aseo personal, entre un 8% y un 10%”, explicó.
Por otra parte, reconoció que el resto de los proveedores “fueron bastante cautos”, pero no levantaron pedidos de las cadenas de supermercados a la espera de lo que pueda ocurrir en el resto de la semana.
“En alimentos básicos ya hubo algunos aumentos la semana pasada y quedamos con esa lista de precios”, agregó.
Consultado por el futuro inmediato, es decir, lo que pueda ocurrir antes de este mismo fin de semana, López consideró: “Seguramente va a haber reacomodamiento de precios, pero nosotros no vamos a convalidar cualquier precio, preferimos manejarnos con nuestros stocks que por ahora es bastante y por eso no tenemos problema de desabastecimiento”.
Por último, desestimó que durante el domingo y lunes días posteriores al desencadenante de la crisis política la gente se haya volcado masivamente a los autoservicios de la ciudad. De hecho consideró que para los clientes ya es una costumbre convivir con las reiteradas remarcaciones.
Paseo de la incertidumbre
Más preocupante fue la situación que atravesaron durante las últimas horas los comerciantes de calle San Luis. Es que muchos de ellos no sólo comercializan productos de origen nacional, sino también provenientes del exterior. Entre los ajustes a las importaciones dispuestos hace más de una semana, y lo ocurrido desde este lunes con los precios, se encuentran en una situación difícil de sobrellevar.
En diálogo con El Ciudadano, el presidente del Centro Comercial Calle San Luis, Miguel Rucco, manifestó: “Por el momento no hay certezas, no es que nos pasaron una lista nueva, los proveedores están sin precios. En nuestra estructura de costos hay gastos fijos como sueldos o alquiler, necesitamos saber cómo seguimos”.
En este paseo de la ciudad predominan los rubros juguetería, bazar y textil. Desde el lunes, muchos de los proveedores que importan mercadería permanecen sin actividad y algunos comerciantes se volcaron por concretar sus ventas con clientes habituales a través de un remito abierto, es decir, a ajustable futuro sujeto a modificaciones en los precios.
“Necesitamos urgente que comuniquen un plan para que podamos operar tranquilamente, si es necesario un aumento, aplicarlo a las listas, pero tampoco sabemos si va a haber disponibilidad de productos”, agregó Rucco.
Por otra parte reconoció que si bien registraban constantes aumentos de parte de los proveedores, la actividad se sostenía al ritmo de la continua demanda. Temen estos comerciantes que este nuevo escenario, sumado a las complejidades que sufre el comercio exterior, pueda ponerle un freno a la auspiciosa suba en las ventas.
Por último, el referente del paseo Calle San Luis, insistió: “Generar confianza con un plan claro en esta situación inflacionaria y con un dólar tan volátil es urgente para nuestra economía”.
Sobre llovido, mojado
Así como en comercios se muestran expectantes ante la situación, desde el sector industrial intentan llevar algo de tranquilidad en medio de la crisis política y económica que atraviesa el país. Existe un hilo conductor entre este sector y los comerciantes, y tiene que ver con que en ambos casos venían detectando una recuperación, con distinta intensidad, pero recuperación al fin, y temen que este nuevo escenario signifique un cuello de botella.
Ya durante la semana pasada el sector industrial recibió un revés con las nuevas disposiciones del Banco Central para las importaciones. Si bien se mantuvieron los volúmenes de compras, hubo un fuerte ajuste sobre los plazos que los industriales tienen que pedirle a los proveedores para girar pagos al exterior.
Más ajustes en importaciones: entre la protección de reservas y el dolor de cabeza de industriales
La sucesión en el Ministerio de Economía no hace más que profundizar la incertidumbre que arrastra el sector en los últimos días. Pese al contexto, el mensaje de los referentes del sector, a nivel nacional y local, busca pregonar la sensatez.
“No es la primera vez que sucede esto, acá debe primar la calma. Seguro aparecerán especuladores o gente que se quiera cubrir ante una situación exacerbada, pero estamos en una instancia donde la producción sigue creciendo, en términos industriales hemos mejorado mucho”, sostuvo el secretario de Industria de Santa Fe, Claudio Mossuz.
En momentos de volatilidad cambiaria se pone la lupa sobre los dólares financieros, que son aquellos que utilizan grandes empresas para financiarse. Desde el sector industrial consideran que esa práctica corresponde a un sector marginal y que cobra relevancia en los medios de manera desmedida.
En ese sentido, el funcionario provincial deslizó: “Las pymes no se financian con dólares bursátiles, la cuestión en relación con el capital de trabajo sí está complicada, pero suelen ser sectores que apelan al dólar oficial”.
Por estos días la preocupación en la industria pasa más por las modificaciones en comercio exterior que por lo sucedido hasta ahora con el tipo de cambio. El impacto se sintió más fuerte la semana pasada cuando los fabricantes locales tuvieron que pedirles a sus proveedores una ventana de tiempo más amplia para girarles pagos en dólares.
“En este momento tenemos la tormenta perfecta con una crisis mundial y pandemia reciente. Estas situaciones pueden generar ciertas expectativas o intención de cubrirse y eso no es bueno. Pensábamos que una vez cumplidas las metas con el Fondo la situación iba a mejorar, pero lamentablemente no fue así. Esperemos que se puedan modificar las expectativas”, concluyó Mossuz.