Los estudios complementarios de la autopsia de Carlos «Bocacha» Orellano, el joven de 23 años que encontrado muerto en el río Paraná en febrero de 2020 tras haber sido sacado por personal de seguridad del boliche Señor Ming River House, refuerzan la hipótesis «del homicidio doloso por asfixia» en vida, según las conclusiones presentadas este jueves a las 10 por la Comisión de Investigación y Seguimiento del caso Orellano de la Cámara de Diputados de Santa Fe.
«Estos informes tienen conclusiones muy importantes para la investigación de una hipótesis de homicidio doloso», aseguró la presidenta de la Comisión, la diputada Matilde Bruera en la conferencia de prensa que brindó junto a los legisladores Carlos Del Frade y Mónica Peralta en la sede la Cámara baja de Santa Fe 825.
Acompañados por la madre y el padre de Bocacha Orellano y referentes de organizaciones sociales, los legisladores dieron a conocer detalles de los estudios complementarios de autopsia realizados al cuerpo de Orellano por los peritos forenses de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Según detalló Bruera, «en primer lugar se constataron lesiones vitales, eso significa que fueron producidas en vida, lo que coincide con el informe de la perito de parte».
«Las lesiones se relacionan con la hipótesis de una asfixia antebraquial, que es una metodología que suelen usar las fuerzas de seguridad, que consiste en una compresión externa producida por el brazo», explicó la presidenta de la Comisión especial.
En esa línea, explicó durante una rueda de prensa, que de acuerdo al informe el cuerpo «tiene golpes con lo que podría ser una barra en el hueco posterior a la rodilla y otro tipo de lesiones».
Además, la diputada señaló que en el informe complementario se detalló que «un edema de pulmón y ruptura de las paredes alveolares: esto son signos de asfixia, que se relacionan con la comprensión en la zona del cuello».
Los estudios, que están en manos de la Fiscalía que investiga la muerte de Orellano, también revelaron que «no se detectaron en el cuerpo restos de alcohol ni de otras sustancias tóxicas».
De ese modo, para los miembros de la Comisión Investigadora de Diputados, «consideramos que en este momento hay evidencia suficiente como para empezar a investigar imputando un homicidio doloso, del cual fuera víctima Carlos Orellano», sostuvo Bruera.
Bocacha Orellano fue visto por última vez la madrugada del 24 de febrero pasado en el VIP del boliche Ming, ubicado en el complejo La Fluvial.
Su cuerpo apareció más de 24 horas después flotando en el río Paraná y la familia apuntó al personal de seguridad privada y a policías adicionales del comercio como posibles autores de un crimen.
En la causa, que investiga el fiscal Patricio Saldutti, hay cuatro policías imputados, dos que prestaban servicio adicional la noche del hecho en el boliche, y otros dos, el entonces jefe de la comisaría 2ª y la sumariante, por presunto incumplimiento de sus deberes durante la investigación, ya que no hicieron las medidas solicitadas por la fiscal el día de su desaparición.
«La opinión nuestra es que están en condiciones de imputar por homicidio doloso», dijo Bruera y aclaró que el Judicial y el Legislativo «son dos poderes distintos, el fiscal es al que le corresponde tomar las decisiones de cómo va a seguir la investigación».
Por su parte, Edgardo Orellano, padre de la víctima, dijo durante la conferencia de prensa que cree que quienes mataron a su hijo «han actuado en manada, en patota, y están gozando de la libertad».
Se quejó porque el fiscal «está de vacaciones» durante la feria y dijo que «estuvo de vacaciones diez meses, creo. Todas las pruebas que tenemos están desde el primer día en la Fiscalía», agregó Orellano.
Morir para contarlo: nuevas pericias del cuerpo de Bocacha perfilan que lo asfixiaron