El parate del fútbol anunciado por la AFA el miércoles pasado, sumado al Decreto de Necesidad de Urgencia dispuesto por el presidente Alberto Fernández que indica la obligatoriedad de la cuarentena para prevenir la expansión del coronavirus, obliga a los cuerpos técnicos y profesores a cargo de los planteles a crear nuevas rutinas y encontrar nuevas formas de comunicación.
Y así como sucedió con el primer plantel masculino de Central, con el femenino el modo de trabajo es similar.
El plantel, que comenzó la pretemporada a principios de enero y que el domingo pasado culminó su participación en la zona clasificatoria del Torneo Rexona, continúa con los trabajos de cara a la segunda fase de dicho campeonato. Aunque ahora no en la Ciudad Deportiva de Granadero Baigorria, sino en las diferentes casas.
El preparador físico a cargo del primer plantel, Pablo Díaz, dialogó con El Hincha para dar conocer en profundidad cómo siguen entrenando las jugadoras auriazules.
“Es una situación súper compleja, nos complica mucho desde la parte física, sobre todo por todo el progreso que habíamos ganado en intensidades, distancias recorridas, prevención de lesiones”, comentó sobre la interrupción de las actividades.
Para que todo ese trabajo realizado no se pierda, contó Díaz, se armó una rutina “para que cada jugadora la realice dentro de su casa”. El objetivo principal es que “no se pierdan algunas capacidades físicas que se consiguieron”.
Las rutinas varían según las necesidades de las diferentes jugadoras, y también se realizan trabajos colectivos, como análisis de video.
“Tienen rutinas de prevenciones a cargo del cuerpo de kinesiólogos, algunas para casos particulares y otras generales, para prevención de lesiones”, afirmó Díaz. El profesor se expresó sobre el regreso al campo, que si todo continúa por el buen camino será a partir del 31 de marzo. Aunque desde el cuerpo médico se espera que el retorno a las canchas sea paulatino para no forzar lesiones.
Sobre cómo es la comunicación, diaria y virtual, Díaz destacó que: “Se les hace el seguimiento junto con el cuerpo técnico, la nutricionista y demás profesionales. Es una consulta constante para saber cómo lo están haciendo. Tenemos un plantel muy comprometido y hasta ahora vamos bien, lo importante es que lo hagan en sus casas”.
Además de las rutinas correspondientes, a cada jugadora se les envían encuestas con test de calidad y bienestar, de recuperación, para poder conocer en profundidad como duermen y como están comiendo, porque eso también modifica las rutinas que se les entregan. “A partir de esos datos le vamos ajustando la intensidad y el volumen de los ejercicios que le mandamos”, detalló Díaz.
El elenco auriazul aún no sabe en qué zona jugará en la próxima fase del torneo ya que la suspensión del fútbol se dio antes del partido que debían disputar Lanús y Huracán. Por el momento, mientras se espera por conocer si jugará en la fase Campeonato o Permanencia, el plantel entrena desde sus casas.