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Cómo es viajar por América Latina sólo con “lo justo”

Hace tres meses Érica y Leandro viajaban por el sur. Ella estaba a punto de dar a luz a su primer hijo. Tenían dos pesos en la billetera y muchas ganas de recorrer la ruta 40. En una ciudad se cruzaron con un malabarista en un semáforo. Desde la ventanilla del Citroen 3CV en el que viajaban decidieron darle el billete al artista callejero. “No te olvides que el universo te lo retribuye”, le dijo Érica a Leandro. Así fue. Días más tarde, cuando intentaban llegar al glaciar Perito Moreno, un fotógrafo les ofreció pagarles la nafta si lo llevaban con ellos. Esta semana la pareja visitó Rosario. Están en camino a México y por estos días reparan el auto modelo 1986 que los llevará. En el medio, planean subsistir trabajando. Ella enseñando danza y el haciendo changas. “Un viaje no es simplemente conocer paisajes sino poder dejar una huella y brindar lo mejor de nosotros, sea colaborando en un comedor o desde una simple palabra”, explican.

Érica Cámpora (25) y Leandro Angaroni (32) son una pareja de viajeros. Compartían el sueño de viajar. Se conocieron hace dos años ayudando a la gente en situación de calle en una ONG de Rosario. Partieron de Rosario hacia Ushuaia, Esquel y se desviaron a Puerto Madryn porque Pedro estaba por nacer. Inicialmente iban a ir bicicleta por el sur pero decidieron usar el Citroen. “El objetivo del viaje fue dar una mano a quienes más lo necesitaban. Dejamos de ser indiferentes haciendo la diferencia. Con cambiarle la vida a una persona ya estamos hechos”, explicó Leandro. Juntos armaron un blog llamado “A través de mi ventana”, donde explican el proyecto de viaje. Desde la web promueven una forma de ver el mundo. “Buscamos verlo desde otra pantalla, que no sea la televisión, ni el celular, ni la computadora. Es mostrar de nuestra experiencia y desde nuestros ojos. Contar que hay otra realidad que nos pasa por al lado cada día y que cada uno puede elegir involucrarse o verla pasar”, dijo Leandro.

“Para semejante viaje no hay presupuesto que alcance. Érica daba clases de baile y pasábamos la gorra. También trabajó en un comercio. Yo trabajaba en una estación de servicio y además vendíamos remeras, imanes, comida y hasta dimos un taller de encuadernación. La mayoría de las veces nos alojábamos en casas de familia”, recordó el joven.

“Siempre juntábamos plata para la nafta y así poder llegar al pueblo que sigue. Lo más interesante en la vida es conocer historias”, agregaron.

El próximo destino será México. El vehículo será el mismo, pero lo tienen que poner a punto. Durante un mes estarán en Rosario para que las familias conozcan a “Pedrito” –nombre que eligieron porque así se llamaban los abuelos de los dos– y también pueden organizar el bautismo.

Érica es de San Nicolás y profesora de danzas. Estudió ciencia política en la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y le faltan tres materias para recibirse. Leandro estudió Abogacía y le faltan 9.

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