Ciudad

Crece en los barrios pobres

Cómo funciona Vía Bana, la heladería barata que planea entrar en Rosario y alertó a fabricas locales

El modelo de negocio ya comenzó a replicarse en los barrios más carenciados del país. Desde la empresa dicen que "sólo hace falta abrir una ventanita en la casa, poner un freezer y tener muchas ganas de vender"


Celeste Santiago posa con una de las primeras mujeres que abrió una heladería Vía Bana, en La Matanza.

En las últimas horas, la firma Grido, a través de su marca comercial “low cost” Vía Bana, anunció un nuevo plan de expansión en Rosario, respaldada por un fallo contra la ordenanza municipal que limita el número de sucursales. Según se informó, la compañía planea abrir en la ciudad unas 30 heladerías sociales en barrios populares y asentamientos irregulares, todo con un formato muy particular y novedoso. El hecho puso en alerta de inmediato a los fabricantes locales, quienes volvieron a pedir que se limite ese posible crecimiento.

Un poco de historio

A fines de 2019, los dueños de la marca Grido (Helacor) lanzaron un nuevo modelo de negocios: las heladerías sociales Vía Bana. Comenzaron a replicarse en los barrios más carenciados, sólo faltaba abrir una ventanita en la casa, poner un freezer y tener muchas ganas de vender. En agosto del 2020 tenían 150, hoy ya suman 814. Tienen presencia en 19 provincias y esperan cerrar el año con 1000. Más de la mitad de estas heladerías sociales se crearon en el último año.

Si bien la marca Vía Bana nació con Grido hace 22 años, hace tres años se reconvirtió a este formato. El fundador de Grido, Oscar Lucas, cuando leyó “Un mundo sin pobreza” del Premio Nobel de la Paz, Muhammad Yunnus, creador del “banco de los pobres”, sintió que necesitaba hacer algo para mejorarle la vida a los más carenciados. Comenzó a pensar un modelo de negocio inclusivo con calidad. El kilo de helado Grido se vende a $900, mientras que en Vía Bana el mismo helado cuesta $450.

Para desarrollar este formato buscó a mujeres, jefas de hogar y si tenían hijos, mucho mejor. No hace falta tener un local, con abrir una ventana se puede empezar a vender.

Celeste Santiago, Directora de Comunicación de Capital Humano y segunda generación de la familia propietaria de Grido, señaló recientemente en dialogo con el diario porteño BAE Negocios: “Una vez al mes abrimos la convocatoria en redes sociales, tenemos lista de espera. En un día hemos tenido más de 600 pedidos. Hacemos un filtro en la selección, no tienen que estar en el Veraz, no hace falta que tengan experiencia, nosotros los capacitamos”.

“Para obtener una franquicia social se necesita una inversión de $110.000 para freezer y cartelería que el Banco Santander la financia a tasas bajas. Son apadrinados por un franquiciado de Grido, que les alcanza los productos y comparte experiencia. La mayoría de estas heladerías sociales tienen un crecimiento del 30% anual”, añadió. Al principio las franquicias se pagaban en cuotas semanales, ahora el banco las financia en cuotas mensuales.

En Grido crearon este negocio inclusivo con el objetivo de que cada persona gane por lo menos, un salario mínimo vital y móvil. Objetivo cumplido: “los emprendedores sociales ganan $100.000 mensuales”, aseguró Celeste Santiago. Un tema es tratar de sostener el negocio durante todo el año, pero aseguran que fue posible.

Las provincias donde Vía Bana abrió más heladerías sociales son Buenos Aires 181, Mendoza 110 y Córdoba 104. En la Ciudad de Buenos Aires tienen pedidos, pero aún sólo abrieron 3, una zona que tendrá en breve más aperturas. Abrieron en Laferrere en La Matanza, la Villa 20, Carlos Gardel, Itatí y Barrio Mugica ex Villa 31. “De las 815 heladerías sociales, más de la mitad se abrieron en el último año”, explicó Celeste.

El éxito del modelo es tal que desde Paraguay ya le están pidiendo a Helacor que exporte Vía Bana. Todavía lo están evaluando.

“Dimos el primer paso que es la apertura de las heladerías sociales, pero queremos ir más allá. Ahora que entramos a los barrios queremos trabajar otras cuestiones. Estuvimos en la Cumbre de la Economía Circular y queremos vincularnos con más organizaciones públicas y privadas. Nuestros emprendedores son agentes de cambio, queremos detectar en las comunidades casos de deserción escolar y a través de Fonbec, buscar gente que los apadrine no sólo en la parte económica, sino también que los acompañe en el proceso educativo”, dijo Celeste Santiago.

Un proyecto que busca ayudar a los más necesitados y funciona en paralelo al negocio de Grido que ya suma 1900 locales franquiciados, de los cuales 200 ya cruzaron la frontera y están en Chile, Uruguay y Paraguay. En 2021 llegaron a Bolivia y este año entraron a Perú a través de la venta en supermercados y almacenes. El desarrollo de franquicias en Latinoamérica es el próximo objetivo.

En Rosario

Este modelo de negocio es el que Grido planea ingresar ahora en Rosario. Todo luego de que un fallo de la Corte Suprema de Justicia ratificara la inconstitucionalidad de la ordenanza local que limita la cantidad de heladerías por marca. 

Así lo confirmó en las últimas horas al diario La Capital Javier Díaz Caballero, líder de comunicación institucional de la empresa. “Nosotros seguimos con el mismo concepto que en todos los lugares, que es el de llegar con un helado de calidad al mejor precio. Ese es el concepto inicial de Grido, al que sumamos en el último tiempo nuestra llegada a barrios populares, donde entendemos que hay una demanda de helado creciente, que estaba insatisfecha”, reflexionó Díaz Caballero, quien defendió que la empresa “siempre respetó los tiempos de la Justicia”.

En el marco del plan de negocios de la firma, la actual distribución de locales en Rosario “nos permite seguir creciendo”, resaltó el ejecutivo. Para Grido, hay margen para crecer siempre y cuando cada sucursal cubra un radio de entre 15 y 20 mil personas. Dado que en la ciudad cuentan con 20 bocas (por el límite impuesto por la ordenanza), la lectura es que podría haber hasta 30 aperturas más.

“Nosotros hoy estamos con 1.900 franquicias en todo el país. Nuestro objetivo para este año es superar las 2.000. En ese plan de expansión general, que cubre no solo las provincias argentinas sino los restantes tres países en los que operamos, es que entendemos las posibilidades para Rosario”, resaltó Díaz Caballero.

Amén de la apertura de nuevas sucursales, desde la empresa se alistan para desembarcar en Rosario con el novedoso formato que ofrece Vía Bana.

A pesar de que Vía Bana “es la unidad de negocios que más creció” en los últimos años, a Rosario no llegó por las mismas limitaciones que planteaba la ordenanza sancionada en 2010. Liberada esa dificultad, en la cadena cordobesa se preparan para ampliar su presencia en la ciudad.

Vale recordar que a finales de marzo, la Corte rechazó la queja interpuesta por la Intendencia de Rosario, que planteaba reparos a una sentencia dictada por la Cámara de lo Contencioso Administrativo Número 2, que declaró inconstitucional la norma sancionada por el Concejo local.

El derrotero judicial se había iniciado en 2017 por iniciativa de la cadena local Tento (del mismo titular que Smart, enfrentado a la cámara sectorial).

En distintas instancias, la Justicia marcó que la Municipalidad “carece de competencia para regular el comercio”, poniendo en un endeble estado la normativa sancionada hace más de una década. En aquel entonces los ediles aprobaron -por unanimidad- un límite a la apertura de locales por parte de una misma firma, fijando un tope del 10% sobre la cantidad total. Fue un proyecto motorizado por la Cámara Industrial y Comercial del Helado Artesanal de Rosario, que veía con gran preocupación el avance de la cordobesa Grido.

En alerta

Lo cierto es que el posible desembarco de Vía Bana puso en alerta a los fabricantes locales. Ciro Cacciabue, presidente de la Cámara del Helado Artesanal de Rosario, fue muy duro en declaraciones a la emisora local Radio 2.

“Estas franquicias (por Vía Bana) sólo suma mano de obra no calificada para atención al público, mientras que en una pyme tenés maestros heladeros, administrativos y reparto. Es decir, moviliza todo el circuito comercial local”, señaló.

“Además, nosotros –por quienes venden un producto más elaborado y de materias primas de primera calidad– nos abastecemos de la cuenca regional lechera”, dijo, y destacó que en Rosario se atiende “el aspecto de la calidad y del precio”.

“Hoy se ve un crecimiento de heladerías pymes, con fábricas locales, por lo que esta ordenanza ha sido muy buena en la generación de puestos de trabajo de calidad. Y hay una sana competencia con distintas marcas, distinta calidad y distinto precio”, remarcó el empresario heladero.

Por eso, ante la embestida de Grido, señaló: “Estamos charlando con el Ejecutivo para ver qué postura toma; creemos que va a proteger la industria local y regional y también la mano de obra, porque esto también afecta al sindicato”.

Además, adelantó que se trabaja en un censo para actualizar la cantidad de bocas de venta que hay en la ciudad. “Calculamos que son 240 o 250 heladerías”, estimó. Y recordó que la normativa local no permite a ninguna empresa –con sus diferentes marcas– tener más del 10 por ciento del total, si bien la Corte Suprema de Justicia ratificó su inconstitucionalidad.

“Esta heladería –en referencia a Grido– pretendía, cuando llegó a Rosario, tener 90 sucursales en tres años. En los pueblos –donde no se limita– se ve que desaparecen las heladerías artesanales. Puede haber otras marcas pero también de baja calidad”, analizó Cacciabue.

Y arremetió contra el modelo de negocio que encaran desde la firma cordobesa: “Hace unos años, sus directivos estuvieron presos por evasión impositiva, su crecimiento no fue casual”, recordó.

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