Search

Cómo hacer más fácil el día a día

Hay una serie de recomendaciones útiles para ayudar a los adultos mayores a desenvolverse sin obstáculos en la vida cotidiana. Desde cómo colaborar con la vestimenta hasta la disposición de los utensilios para la alimentación.

Las Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD) son el pilar fundamental de la funcionalidad de las personas, por lo que alentar a los adultos mayores a realizarlas por sí solos es prioritario, según destacaron expertos en gerontología.

Estimular a quienes presentan algún tipo de dificultad, alguna discapacidad o están en rehabilitación conforma uno de los objetivos primordiales de la Terapia Ocupacional, y algo sobre lo cual las personas que los acompañan pueden ayudar.

La licenciada Miriam Cohn y la terapista ocupacional Cristyn González, del Servicio de Terapia Ocupacional de Hirsch, Centro de Excelencia para Adultos Mayores y Rehabilitación, explicaron: “Rara vez nos detenemos a pensar en cómo hacemos para abrir una puerta, vestirnos, o dar cuerda a un reloj”.

“Por lo general, no reparamos en las habilidades que se requieren para hacer esas actividades, hasta el momento en que se ve limitada nuestra capacidad para llevarlas a cabo. Es por esto que decimos que para saber cuál es la ayuda que debe recibir quien atraviesa por esa situación –temporaria o permanente– lo principal que tenemos que hacer es entender cuál es la dificultad”, manifestaron.

Las especialistas destacaron que, para conseguirlo, “muchas veces debemos analizar la actividad desmembrándola en los distintos pasos o acciones que la componen, y de esa manera, podremos comprender y ayudar mejor a quien lo precisa”.

A continuación explican algunos consejos para que ambos, ayudante y ayudado, estén más relajados en sus tareas diarias:

Alimentación: “Por lo general es la actividad en la que se conserva independencia por más tiempo. Si las dificultades son de índole cognitivo, según el grado de compromiso, podremos guiar la tarea con indicaciones verbales, estimular a que la realicen por imitación o guiarlo para el inicio del movimiento”, señalaron.

Las expertas indicaron que si, por ejemplo, hay limitaciones de movilidad y aparecen dificultades para el manejo de los utensilios “hay que pensar en simplificar la tarea”.

“Utilizar platos con bordes, platos que mantienen la temperatura, tazas con asas cómodas, cubiertos con mangos engrosados, incrementar la consistencia de las comidas, etc. Si la persona requiere asistencia para comer, sentarse frente a ésta y respetar el ritmo con el que traga la comida”, comentaron.

Vestido: según cuál sea la dificultad en el acto de vestirse será la ayuda que deberemos ofrecer. Si hay compromiso cognitivo podemos dar indicaciones verbales, organizar la tarea por pasos o dejar la ropa preparada en el orden en que debe ponérsela.

“Simplificar el tipo de vestimenta también es una acción recomendable. Si hay limitaciones motoras concretas existen técnicas específicas y adaptaciones útiles, como por ejemplo el colocador de medias”, especificaron las especialistas.

Higiene: el baño debería tener dimensiones adecuadas para que la persona pueda moverse de manera cómoda y segura, y sólo en el caso de que sea necesario ayudarla a realizar sus actividades más íntimas.

“Es importante evitar los factores de riesgo de caída o accidente, como por ejemplo tener extremo cuidado con los pisos mojados. También, si no lo tiene aún, evalúe la colocación de elementos de seguridad tales como barrales y antideslizantes”, comentaron.

Arreglo personal: los elementos de aseo a la vista estimularán el uso de los mismos. Pero si consideramos peligroso su uso en forma espontánea y autoválida, es aconsejable dejarlos guardados en el botiquín o placard y que no estén a la vista. Esto es válido para otro tipo de actividades también.

Uso del servicio: con la vejez o con determinadas enfermedades es frecuente que aparezca la urgencia miccional (apenas se siente la necesidad de orinar, no se es capaz de retener), o la incontinencia.

10