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El lado oscuro del ciberespacio

¿Cómo se detecta la pornografía infantil?

Al subir a la web un archivo con contenido sospechoso, se enciende un alerta. De inmediato, Missing Children reporta a las autoridades locales de cada país. A nivel nacional, el organismo que recibe los reportes es la Fiscalía Especializada en Delitos Informáticos, que depende de la ciudad de Buenos Aires.


Cada vez que en cualquier parte del mundo una foto o video con contenido sexual que involucra a niños, niñas o adolescentes es subida a Internet, se enciende una alerta. Los reportes llegan de manera inmediata al Centro Nacional de Chicos Desaparecidos y Explotados (Ncmec) de la ONG norteamericana Missing Children. El sistema de rastreo de pornografía infantil funciona como un scanner y reporta cada imagen donde haya un 80 por ciento de desnudez y la dirección IP desde la cual fue emitida o descargada. Todas las madrugadas, la organización envía a cada país un paquete con reportes recibidos dentro de su territorio con el fin de que la Justicia local investigue a los usuarios y determine si se cometieron delitos contra la integridad sexual de menores de edad.

Durante 2015, a la Argentina llegaron 20 mil reportes de Ncmec. Es importante aclarar que no todos implican un delito en sí. Al ser rastreados a partir de un algoritmo matemático que busca coincidencias, muchas veces hay imágenes, como las bromas conocidas como memes, que son descartadas ya que no tienen contenido sexual.

A nivel nacional, el organismo que recibe los reportes de Ncmec es la Fiscalía Especializada en Delitos Informáticos, que depende de la ciudad de Buenos Aires. Creada en 2013, esta dependencia es la única en el país que se dedica de manera exclusiva a delitos informáticos y trabaja con la División Delitos Tecnológicos de la Policía federal argentina. Al resto del territorio nacional los reportes llegan desde esta Fiscalía, a partir de un convenio de colaboración mutua. Según su titular, Daniela Dupuy, el 87 por ciento de los casos investigados en la ciudad de Buenos Aires son de pornografía infantil y grooming (contacto virtual de un mayor con un menor de edad con un fin sexual). La pena máxima para los dos delitos es de cuatro años de prisión.

Dupuy explicó que la pornografía infantil es un delito transnacional: “Las imágenes se generan en todas partes del mundo. El que consume pornografía infantil demanda cada vez más imágenes. La demanda genera que haya que producir contenido para poder ofertar. Y la producción necesariamente se produce con niños y niñas abusados sexualmente”.

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