Con un fuerte aumento de la incertidumbre antes de las elecciones presidenciales, las expectativas de devaluación podrían crecer, se profundizaría el déficit cambiario del Banco Central y la autoridad monetaria se vería obligada a alterar el ritmo devaluatorio actual.
Por ese motivo, «resulta muy importante que Argentina vuelva suscribir un nuevo programa con el FMI que permita recomponer parte de sus reservas internacionales y así tener más herramientas para reducir la incertidumbre en los momentos cercanos a las elecciones», señaló un informe de la Fundación Mediterránea.
Para la entidad, de aquí a los próximos meses la evolución de la prima de riesgo país y de las expectativas devaluatorias dependerá principalmente del acuerdo con el FMI, del contexto político y de la evolución de la inflación.
Según el informe, el tipo de cambio real del dólar oficial ha estado cayendo en los últimos meses, lo cual explica buena parte de la necesidad del Gobierno de establecer cada vez más controles y cepos cambiarios que, a su vez, no logran frenar la pérdida de reservas.
Esa dinámica «restringe a la autoridad monetaria a no poder apartar demasiado la tasa de devaluación del ritmo de inflación», indicó la Mediterránea.
La Fundación consideró que desde una perspectiva de mediano término, si se aplicara un plan integral de estabilización y mejoraran los niveles de productividad, el valor nominal del dólar oficial podría situarse(en términos reales) «bastante por debajo de los niveles actuales en los que se encuentran las diferentes cotizaciones del dólar libre».
Ahora, en un escenario donde se vislumbre que la incertidumbre avanza fuertemente, la evolución del precio de la divisa probablemente le gane a la inflación, pero en un marco donde el nivel de incertidumbre resulte similar al actual, el dólar libre y la inflación se podrían mover a un ritmo parecido, evaluó la entidad.
También estimó que en el caso que el desconcierto económico logre aplacarse, la evolución del dólar libre debería ir por detrás del ritmo de los precios de la economía.
El informe señaló además que el precio de la divisa se encuentra bastante por encima del promedio de los últimos 40 años, pero resulta menor que el de varios momentos de crisis (febrero 1976 – caída del Gobierno de Isabel Perón; julio 1982 – guerra de Malvinas; junio de 1985 – previa al Plan Austral; mayo 1989 – hiperinflación; junio 2002 – seis meses después de la caída de la Convertibilidad; octubre de 2020 – salida de la pandemia y junio de 2022 – renuncia del ministro Guzmán).
«En una economía con alta inflación como la Argentina, la pregunta sobre si el dólar (en cualquiera de sus versiones) subirá o no, carece sentido. En la medida que la inflación se mantenga en los niveles actuales, tarde o temprano los precios de todos los bienes suben», afirmó el reporte.