Los 32 mineros chilenos y uno boliviano serán sometidos a un chequeo médico y a una charla explicativa antes del ascenso.
Luego de que concluya la instalación de una grúa y el sistema de izado, el equipo de rescate iniciará las pruebas de ascenso y descenso de la cápsula con y sin personas en ella.
Doce horas antes del rescate, cada minero pasará a una dieta especial de comidas muy poco sólidas y cuando falten seis horas para el turno de su ascenso sólo ingerirá líquidos, debido al estrés emocional y físico que implicará el rescate.
Han sido monitoreados con cinturones biométricos para grabar sus signos vitales y desarrollar modelos predictivos de cómo será la subida a través de la cápsula.
Primero sacarán a la superficie a los más hábiles, ante la posibilidad de que la cápsula se quede atrapada en algún trayecto del ducto. En una segunda etapa, subirían a los que estén más debilitados y por último, a quienes estén más fuertes en términos psicológicos.
Asistencia
Del equipo de rescate bajarán dos mineros y dos enfermeros, que asistirán a los operarios en su ingreso a las cápsulas por las cuales ascenderán a la superficie.
Las cápsulas miden 3,95 metros de alto y pesan unos 460 kilos. Están equipadas con un arnés para sujetar a los mineros, un tubo de oxígeno y un micrófono. El casco del minero tiene altavoces para una permanente comunicación en el ascenso con el equipo de rescate que lo aguardará en la superficie.
Los trabajadores ingresarán al dispositivo con un traje especial realizado con hipora, una tela de dos capas para que el cuerpo pueda «respirar» y así evitar el sudor. La ropa interior posee fibras de cobre, que impiden la llegada de hongos y bacterias. Además, contarán con guantes.
Dado el lapso que llevan bajo tierra, los mineros saldrán a la superficie con unos lentes de última generación que los protegerán de la luz. Éstos poseen protección del 100% contra los rayos UVA, UVB y UVC y cuentan con un sistema cromático que permite mantener la nitidez de la diferenciación de colores así como dos lentes intercambiables para la visión de cerca y de lejos.
Cada ascenso, que durará unos 45 minutos, será monitoreado con imágenes y sonido.
Una vez que lleguen a la superficie, los mineros serán trasladados a una zona de cuidados intensivos y a una segunda área de estabilización. Si están en buenas condiciones de salud, podrán trasladarse a una carpa para reunirse con sus familiares.
Una vez concluido este proceso, los mineros serían llevados en helicóptero a un hospital de la ciudad de Copiapó, donde permanecerán al menos 48 horas.