Nada más anunciarse la noticia por los altavoces, Messi se dio un largo abrazo con el lateral francés Eric Abidal, que fue operado el pasado mes de marzo de un cáncer de hígado y que fue titular por primera vez en este partido tras aquella intervención quirúrgica.
Wayne Rooney había metido el miedo en el cuerpo del equipo barcelonista con un tanto en el minuto 34, que significaba el empate, pero Messi devolvió la ventaja y encarriló el triunfo a los nueve minutos del segundo tiempo en una jugada personal.
Tras un pase de Andrés Iniesta, en la que dejó atrás al francés Patrice Evra, el argentino sorprendió al arquero holandés Edwin Van der Sar con un disparo desde fuera del área, que se coló casi por el centro de la portería, pasando el balón entre los centrales Rio Ferdinand y Nemanja Vidic.
Este gol además, el número 53 en 55 partidos, pone al argentino en línea recta hacia su tercer Balón de Oro consecutivo, que si lo consiguiera se convertiría en el segundo jugador, después de Johan Cruyff en lograr tres veces la Liga de Campeones (2006, 2009, 2011) y el premio a mejor jugador del planeta.
Messi intervino también en la jugada del tercer tanto barcelonista, marcado por David Villa en el minuto 69, después de que Pedro Rodríguez lograra el primero en el 27.